XVII Apoyar con gusto. Cena Badan Lara
En el camino de la vida se atraviesan constantes cambios y se sufren muchas dificultades, y estas son tantas como las emociones y las alegrías que se van sumando para enseñarle al ser humano a tolerar y valorar, a esas pequeñas cosas que realmente importan porque lo hacen crecer, y ser mejor persona. En ese constante aprendizaje de pasos y tropiezos, son las buenas y desinteresadas acciones las que provocan una mayor satisfacción, el vivir encuentra un sentido más lógico y preponderante, cuando nace el poderoso deseo de ayudar, y brindar un poco de nuestro tiempo, del papel moneda, o tan siquiera de nuestras manos y nuestro talento, que puede ser un insignificante esfuerzo de nuestra parte, pero que puede llegar a hacer la diferencia entre la muerte, y mantener la esperanza de vida de otros.
La Fundación Bandan Lara, realizó la XVII Cena Apoyar con Gusto, para agrupar una vez más a esa gran suma de ganas y energías de los seres que hoy desean aportar su granito de arena, para colaborar con la loable causa de ayudar a mantener encendida la luz de vida de pacientes con cáncer, y muy especialmente para aquellos que están empezando a trazar su recorrido, los niños.
Más de cuatrocientos comensales dijeron presente en este evento, que contó con la participación de reconocidos chefs de la ciudad, amateurs y ayudantes, que participaron voluntariamente y prepararon un menú compuesto por ocho platos gourmet de variedad intercultural, una deliciosa sopa de entrada y seis exquisitos postres, que podían ser seleccionados a gusto del asistente.
El aporte de la empresa privada se hizo sentir, con donativos que consistieron desde dinero en efectivo, electrodomésticos para ser rifados durante la velada, los equipos necesarios para el montaje de la cena, la bebida y parte de la materia prima para la elaboración de la comida que se ofreció, hasta la locación en la que se llevo a cabo la gala, de la que se recauda el total del costo de la entrada para la fundación.
El escenario, un hermoso jardín al aire libre que a su entrada dejaba ver la espectacular esencia de la elegancia creada por la sencillez en los detalles. En la primera parada del pasillo central un open bar que daba la bienvenida al concurrente, de fondo las ocho estaciones dispuestas para la escogencia de la suculenta carta, y a mano izquierda la naturaleza brindó su paradisíaco encanto, para colocar casí cincuenta mesas vestidas de mantelería fina en tonos dorados, y en su centro un delicado arreglo de flores exóticas, que sostenía a un globo con helio que se dejaba llevar por la brisa de la noche.
El sublime susurro de la música, emanado de las cuerdas de un violín, una viola, y un violonchelo, acompañado de una suave percusión, fueron la perfecta combinación musical para completar la armonía del ambiente, repleto de la maravillosa energía de dar sin esperar recompensa.
Aura Marina Rodríguez
Fotos: Antonio Barbiero