La polarización tiene sus riesgos. A ella jugaron los partidos del estatus a finales del siglo XX y nos condujeron al chiripero como transición al sociaalismo del siglo XXI, orientado desde Cuba que va para 55 años aplicándolo. Los resultados están a la vista.
A regañadientes en Venezuela se impuso la sociedad civil con unas elecciones primarias que en una primera etapa representó un avance con la candidatura presidencial y un retroceso en las gobernaciones. Este 8 de diciembre vamos a la etapa de esas primarias, que es la elección de las Alcaldías. Tramposamente, los partidos intentan imponerse con las elecciones de concejales. Esto vale para el oficialismo.
Entramos así a dos bloques: el decadente oficialismo y una MUD que se dice representante de la oposición. El juego no está trancado. Si es cierto que en algunas partes se ha dado la deserción de dirigentes que le hacen el juego al gobierno dividiendo la oposición y se lanzan a competir con los alcaldes democráticamente electos, en algunos casos ellos fueron derrotados.
Bueno hubiera sido un proceso de mediciones, para que no ocurra lo de Monagas, que debemos recordar para la reflexión que debe la MUD: El gobernador José Gregorio Briceño, escindido del proceso “revolucionario”, se resteó con la candidatura de Henrique Capriles Radonski. Demostración de su capacidad de convocatoria la dio en mitin de la avenida Juncal de Maturín. La comodidad rayando en perversidad, ratificó su respaldo a la candidata seleccionada, sin evaluar el cambio de situación. Los resultados electorales lo evidenciaron: ella obtuvo 7 mil 73 votos y Briceño 120 mil 90.
El oficialismo se caracteriza por escogencia a dedo de candidatos en estas elecciones de Alcaldes y Concejales. En el primer caso, la oposición subsanó con las primarias, pero en escogencia de ediles se copio la perversión. Sin menospreciar las condiciones de seleccionados, justo hubiera sido que la excepción se convirtiera en regla. Es decir, que el acuerdo hubiera sido general.
Muy claro hemos sido en nuestra posición. Para el ejercicio del voto en las elecciones del 8 de diciembre, acatamos la decisión de las primarias y por eso votamos por los alcaldes seleccionados con ese método o por consenso.
Para concejales, nuestra conciencia propia, algunas puede ser coincidente con los escogidos a dedo, otras no.
Tan innegable como la polarización son desprendimientos de los dos bloques: oficialismo y MUD. La gran mayoría de postulados provienen de las dos tiendas. Igualmente es indiscutible que el régimen estimula algunos de la oposición, sobre todo los burgomaestres.
Claro tenemos todos que participaremos en un plebiscito. ¿Prefiere el votante la confirmación del deslegitimado colombo venezolano, si o no?
Allá los que prefieren la suprema felicidad. Ejercer el derecho para salir de las botas militares que con la usurpación del socialismo, aplican la corrupción y el narcotráfico, mediante un presidente orientado por la dictadura cubana.
AL MARGEN: Con su Movida Parlamentaria un grupo de calificados diputados está demostrando para bien, que todavía existe acción de oposición.
