Reflexiones en positivo – Prevenir para no lamentar

Se acerca la época de fin de año y se puede observar en toda Venezuela que continúa la influencia de la lluvia en lo bueno o malo que significa las características naturales para el desplazamiento por las vías terrestres, estoy seguro para hoy se prevé mayor movilización nacional por diferentes motivos, incluyendo las elecciones municipales.
En este artículo quiero solicitar de todos aquellos que tienen que movilizarse que hagan una reflexión en positivo, para lograr el bienestar que corresponde en esta época del año. Comienzo por mencionar que nuestras carreteras están resentidas por diferentes motivos en los que debe entenderse que las lluvias son factor muy importante; que el adelanto del pago de aguinaldos tanto del sector público como del privado ha creado la zozobra propia de adquisiciones de bienes y equipos que normalmente para la época se presentan, que no escapan las continuas celebraciones en las que son un factor de riesgo para la población en general y no deja de ser un hecho notorio la cantidad de interruptores de desplazamiento en las vías, puesto que no se pueden llamar puntos de control, pero sí son tomados por delincuentes de diferentes categorías para cometer sus fechorías, sin dejar de mencionar la influencia que tienen estos interruptores en el deterioro de los vehículos. Todo esto debe ser tomado en mi país como un plan de acción para realizar cualquier viaje y obedece a ese alto porcentaje de vehículos deteriorados o de muy poco mantenimiento, las razones sobran pero a la vez se estimula con lo barato que significa tener el combustible para realizar esa aventura.
En una reciente conversación con un conocido a quien le tocó viajar por la carretera Panamericana del Táchira a Carora durante la noche, me informaba que en un punto de control, organismo de seguridad lo retuvieron desde las 8 hasta las 11 pm y la explicación del motivo de su retención y de otros más no era otro que los delincuentes motorizados tomaban la vía en los diferentes caseríos y pueblos entre essa horas, que la seguridad era nula por no tener ni órdenes superiores, ni vehículos para realizarla y que a partir de esa hora, 11 pm, se podía constituir una caravana de varios vehículos que permitían apoyarse y darse seguridad mutuamente. Esto me hace recordar un viaje que realicé de Boa-Vista a Manaos. Aunque la diferencia es grande, la comparación es válida: por allá era como medida de protección de cientos de kilómetros de peligros derivados de la naturaleza (selvas, ríos, fieras, carreteras en mal estado, lluvia y otros), en tanto que aquí es simple y llanamente algo que se puede catalogar como ineptitud, incapacidad y no sé qué otro término se puede emplear para definir este tipo de procedimiento.
Narro esta situación porque ya aquella garantía constitucional del libre tránsito y comercio legal se puede afirmar que no existe sino en el papel, en la realidad se debería como me hago yo la reflexión del ¿qué puedo hacer?, ¿qué debo hacer?, ¿por qué lo debo hacer?, y ¿cómo lo debo hacer? Estoy seguro de que nos vamos a compenetrar con esa inmensa cantidad de ciudadanos que nos permite vivir en lo cotidiano como son los transportistas de alimentos, encomiendas, medicinas, combustible y mercancía en general, que no es otra que la de armarnos de valor para realizar nuestro trabajo y que Venezuela y nuestros hijos tengan épocas mejores.
Unidos todos por la producción nacional

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