Cerca del mediodía de ayer, los internos en el calabozo de la estación de Polilara en Barrio Unión, volvieron a inflingirse cortadas en sus extremidades para exigir que se les trasladara a centros penitenciaros y se aceleraran sus procesos judiciales.
A pesar de los gritos de los detenidos, los efectivos policiales se negaron en un principo a trasladarlos para brindarles atención médida. Sin embargo, casi hora y media después de iniciar la huelga de sangre, dos unidades de Polilara trasladaron a 19 de los 25 hombres ahí encarcelados, hasta el Hospital Central de Barquisimeto.
Según familiares, los reos también demandaban visitas más frecuentes y que les permitieran ver a sus hijos al menos una vez por mes. Igualmente confirmaron que desde el martes los internos habían dejado la huelga de hambre.
Angélica Hernández, hermana de uno de los privados de libertad, informó que el jefe de la estación policial les había dicho que no trasladaría a los internos a ningún centro de atención, porque sus heridas no lo ameritaban.
“Nos dijo: ¿Quién los mandó a cortarse? A pesar de que yo le había pedido con mucho respeto que los trasladara”.
En efecto, cuando el equipo de El IMPULSO llegó al sitio, se podían oír los gritos de los reos desde el interior de la celda, quienes exclamaban: “Somos seres humanos, tenemos derechos. Necesitamos asistencia médica, ayúdennos”, a la vez que manifestaban que ya se había desmayado uno de los internos.
“Se está muriendo desangrado”, aseguraban. Por su parte, Hernández explicó que su hermano tenía un traslado pendiente al centro penitenciario de Tocuyito desde hacía siete meses.
“El problema con varios de los detenidos es que cuando los llevan a las cárceles, los devuelven a los calabozos de Polilara debido al retardo procesal”, dijo, agregando que los reos también criticaban que sólo se les permitiera una visita por semana de 15 ó 30 minutos, en la que nunca se permitía la entrada de menores de edad, razón por la cual los internos con hijos jamás podían verlos.
A media tarde, Hernández confirmó vía telefónica que aún se esperaba el regreso de los 19 privados de libertad que habían sido trasladados al Hcamp, y señaló que aún había otros 2 en el calabozo que requerían atención médica. “Aquí siempre dicen que no hay patrullas. Sólo cuando ven que realmente se están desangrando, es que aparecen”, precisó.