El barco «Libertad» (Freedom Ship) no está pensado como un crucero, sino como una ciudad-comunidad en la que vivir, trabajar, jubilarse o pasar unas vacaciones. Un viaje continuo alrededor del mundo, con una flota de aviones o hidroaviones que trasladaría a los residentes a puerto.
La idea procede de una empresa con sede en Floridad, que calcula el coste de la construcción del buque en unos 10.000 millones de dólares.
Las ciudades flotantes para millonarios no son algo nuevo. El barco-residencia más conocido de este tipo es «The World», que cuenta con 165 alojamientos que cuestan entre uno y seis millones de euros.
Con 196 metros de eslora, «The World» surca el mundo desde 2002 y ha visitado ya cerca de 800 puertos de 140 países.
Sin embargo, la propuesta de una empresa de Florida (Freedom Ship International) va más allá. Pretenden crear una comunidad en el océano con escuelas, hospitales, parques… Una ciudad en el mar, con apartamentos que se comprarán (el más caro, parece que costaría un millón de dólares) y tiendas (que también habría que comprar, como ocurre en cualquier ciudad en tierra).
«El barco es tan grande porque es el tamaño mínimo necesario para que la comunidad sea autosostenible económicamente y un lugar deseable y atractivo para vivir», aseguran.
Además de los residentes permanentes, la nave Libertad también tendría espacio para un extra de 30.000 visitantes diarios, 20.000 tripulantes y 10.000 personas durante la noche. Los residentes permanentes deberían haber comprado su apartamento que incluiría, según este diseño, una cocina completa, baño, alfombras, paredes terminadas y aire acondicionado, entre otros detalles.
El buque mediría 4.500 pies (1.371 metros) y pesaría 2,7 millones de toneladas, lo que significa que sería demasiado grande para entrar en cualquier puerto y que esta ciudad flotante pasaría el tiempo entre alta mar (70 por ciento) y moviéndose entre las grandes ciudades del mundo (30 por ciento). Hay que tener en cuenta que el Oasis of the seas, el barco más grande del mundo, tiene una eslora de 362 m. y 220.000 toneladas de registro bruto.
El proyecto parece en pleno proceso de captación de inversores, algo que los propios empresarios reconocen que está siendo difícil en una situación económica como la actual.