En febrero de este año el Gobierno Nacional devaluó por decreto nuestra moneda en casi 50% eliminando además la asignación de divisas vía Sitme. Luego creó un sistema de subastas cerradas en las que el valor de la divisa era incierto y fluctuante, lo que en la práctica significó una nueva devaluación oficial, llegándose a asignar dólares en hasta tres veces el valor que tenía en febrero. El Sicad no solo encareció el dólar sino que además generó incertidumbre por lo discrecional y arbitrario del sistema. En conclusión, antes de febrero el Gobierno asignaba el dólar de forma regular a Bs. 4,30 vía Cadivi y a Bs. 5,50 vía SITME, mientras que ahora los asigna de forma irregular a Bs. 6,30 vía Cadivi y discrecionalmente a Bs. 12,00 vía Sicad. ¿Se entiende la diferencia?
Es obvio que un dólar oficial más caro y más escaso iba a generar una ola inflacionaria. La devaluación del bolívar no es una “especulación” sino una realidad que además sigue su marcha gracias a la impresión de dinero inorgánico para financiar el déficit fiscal y la disminución de las reservas del país hoy hipotecadas. Por algo el mismo Gobierno ha aumentado este año varias veces también por decreto los precios regulados de los productos de la cesta básica, con lo cual reconoce la inflación como una consecuencia directa de la devaluación del bolívar y no de la especulación capitalista. Hoy el salario mínimo equivale a dos Kilos de queso blanco regulado al día. ¿Eso es culpa de quién? Hace poco Maduro le exigió al BCV decretar cero por ciento de inflación este año porque si la inflación acumulada era de 50% y él había ordenado bajar los precios un 50% en noviembre, la cuenta final daba cero. ¿Premio nobel de economía o monumento al descaro y la estupidez?
Ante este rotundo fracaso económico habían dos caminos, el de rectificar o el de radicalizar. La radicalización, que fue el camino escogido por los cubanos a través de su títere, se basa en culpar al “capitalismo salvaje” de los males generados por el “socialismo importador” cambiando los nombres de las cosas a través de la grotesca propaganda oficial. Ya no se trata de devaluación sino de “guerra económica”, ya no hay inflación sino “especulación”, y a la escasez la llaman “acaparamiento”. El plan es generar un “caracazo” controlado como el que está en proceso y luego cuando los anaqueles estén vacíos y el comercio quebrado dirán que se trata de un “paro silencioso” para justificar así las medidas de la última etapa que son la estatización total de la economía y el racionamiento general. Bienvenidos a Cuba.
Justo en la etapa de los precios más altos de nuestro petróleo, los venezolanos estamos empobreciéndonos a niveles insospechados. La devaluación constante del bolívar y la prohibición de comprar divisas es una condena a la pobreza de parte de un Gobierno que sí gana en dólares y guarda sus reservas internacionales en moneda fuerte. En la Venezuela actual la desigualdad no es entre la burguesía y el proletariado o entre los empresarios y los trabajadores, sino entre un Gobierno rico monopolizador de los dólares y un pueblo pobre condenado a la devaluaciṕn constante de su patrimonio en bolívares. ¿Cuál es el valor real del salario mínimo? ¿Cuánto valen ahora las prestaciones de los trabajadores? ¿Por qué no dolarizan las prestaciones de los empleados públicos? ¿Por qué el Gobierno en vez de estafarnos pidiendonos que ahorremos en bolívares con una tasa por debajo a la inflación oficial, no permite que ahorremos en divisa? ¿Por qué el pueblo no puede tener el mismo derecho del Gobierno a proteger su patrimonio? ¿Por qué en Bolivia, Ecuador, Perú, Brasil, Uruguay y Nicaragua (por nombrar solo algunos países “socialistas”) la gente sí puede comprar libremente divisas extranjeras? Estas son las preguntas que Maduro no quiere que nos hagamos y por eso nos entretiene con el “dakazo” para que nos culpemos unos a otros mientras ellos siguen manejando a su antojo los dólares de Pdvsa engordando sus fortunas familiares y quebrando al país. Convirtieron a Daka en candidato creyendo que el pueblo es pendejo. Ahora le toca hablar al pueblo. La cola del 8D es para comprar futuro.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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