Calificado como “un personaje” en el buen sentido de la palabra, querido y seguido, William Ereú cuenta la historia de su vida a EL IMPULSO, en el tradicional desayuno-foro con la gracia que le caracteriza explicando que es un hombre que hace amistad con todo el mundo.
Nació en Siquisique, municipio Urdaneta, el 10 de marzo de 1957.
Hijo de Jóvito Meléndez, el prefecto del pueblo, y Librada Ereú.
Ríe con un dejo de vergüenza al confesar que tiene 36 hermanos, “aunque con mi mamá mi papa sólo tuvo tres”.
Se casó con Aura Marina Roldán de cuya unión nacieron Wilmary Carolina, Anny Wilmar, Willianny y Eugenio.
Por un golpe del destino llegó a la gran carpa
Su infancia fue dura pues proviene de una familia muy pobre, obligándolo a hacer una serie de oficios como vendedor de empanadas, mandado en las casas, limpieza de solares, colector de autobuses. “Yo hice de todo, pero nunca nada malo”.
Cursando el tercer año de bachillerato en el Liceo José Rodríguez López, de su lar nativo, a Ereú lo invitaron al estadio del pueblo “un peladero de chivos”, para que le lanzara pelotas a Albert Castillo, en un try out, de los Cardenales de Lara en convenio con los Blue Jays (Azulejos) de Toronto, pero gustó tanto su brazo que salió firmado del paupérrimo campo de Siquisique.
En 1977, Epi Guerrero, quien trabajaba con Cardenales buscando talentos, le presta un lapicero para que firme el contrato con el equipo y una jugosa oferta de 1.500 dólares.
“Con esa plata me fui para los árabes de la carrera 21 de Barquisimeto, y compré una nevera grande, una cocina, una plancha, varias camas y otros peroles para la casa de mi mamá y todavía me quedó plata. Nunca había visto cien bolívares juntos”, atestigua Ereú entre carcajadas.
Se inicia con Carrasquel
De Siquisique inmediatamente pasó a una escuela de béisbol de Domingo Carrasquel: la Escuela del Cardenales de Lara, por dos meses, compartiendo con otros novatos como Tobías Hernández, José Escobar, Luis Leal, entre otros peloteros.
Fue Novato del Año en la temporada 1978-1979, jugando para Cardenales de Lara. De allí pasó a la ciudad de Toronto, en Canadá, realizando prácticas en pleno invierno, bajo un frío que le quemaba hasta las entrañas.
En Canadá residió por dos años, jugando segunda y tercera base, así como en el campo corto y jardinero.
Luego lo envían a Florida, a jugar en clase A, doble AA y posteriormente en Nueva York en la triple AAA, y con los Tigres de Detroit, hasta que se lesionó la rodilla izquierda, lo que le impidió llegar a las Grandes Ligas.
Durante siete años estuvo entre Canadá y Estados Unidos para retornar a Venezuela. Siempre fue un pelotero rendidor en la liga venezolana, según las estadísticas oficiales.
Jugó con Cardenales de Lara ocho años, convirtiéndose en el ícono del equipo, cuyos fanáticos aplaudían y coreaban su apellido con gran entusiasmo cuando salía a batear en el Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto.
Concluyó su carrera con los Leones del Caracas, equipo al cual llegó en un cambio por el receptor Emilio Carrasquel.
Su retiro ocurrió muy joven, a los 28 años. Se caracterizó por su carisma en la gran carpa al punto que el grito de Ereú era contagioso.
Se dedica a la agricultura
Después de su retiro, Ereú se dedica a las labores de producción agrícola con su suegro, sembrando melón, cebolla, pimentón.
También fue comprando lotes de terreno para la cría de ganado, especializándose en el área que de mozo ya había explorado y que hasta la actualidad no ha abandonado.
Debuta en la política
Simpatizante de Copei empezó en la actividad política como dirigente de base, descontento con un mandato de Acción Democrática que abarcaba cuatro décadas.
Por ser un pelotero de gran popularidad y que había agigantado a un equipo al cual le era difícil clasificar, la gente empezó a invitarlo a que participara en las elecciones municipales.
Rápidamente consiguió -por el voto popular-, una concejalía, repitiendo en el cargo como el edil más votado de Urdaneta.
Miguel Díaz e Ibrahim Sánchez, auparon a Ereú para que se midiera con Eugenio Pire, quien era el líder tradicional y victorioso de Acción Democrática “desde tiempos de Pérez Jiménez”.
Ereú alcanzó la Alcaldía de Urdaneta en 1995, con 500 votos de diferencia y el apoyo del MAS y Convergencia, entre otros partidos políticos.
Igualmente venció a Luis Ladino, el candidato del chavismo, pero más tarde, éste ganó enquistándose ocho años en su mandato.
No fue fácil gobernar
De la experiencia en la Alcaldía de Urdaneta, Ereú asegura que “no fue fácil, porque ellos habían ganado seis curules de la cámara municipal”.
“Llegando al cargo, ya tenía 45 denuncias por supuestos actos de corrupción, pero ni siquiera había recibido el primer recurso, por lo cual le dije al entonces gobernador de Lara, Orlando Fernández Medina: Agarre su cargo porque no he pagado la primera nómina a los empleados y ya me acusan de ladrón”, cuenta entre prolongadas risas.
Logros en la gestión
A Ereú le tocó administrar la alcaldía en momentos bien difíciles del país. Cuando, según su opinión Venezuela vivía la peor de sus crisis. Uno de los problemas más patentes que encontró fue la pésima vialidad, pero contó con el apoyo de las comunidades a través de las juntas de vecinos.
Con maquinarias pesadas aportadas por la gobernación y otras en alquiler, trabajaron más de 500 horas en la reparación de vías en los sitios donde había mayores dificultades, lo cual permitió la penetración de vehículos para sacar las cosechas en jurisdicciones como Siquisique, San Miguel, Moroturo y Xaguas, labor que el gobierno que le siguió no continuó. Hoy las vías del municipio están deterioradas y prácticamente impenetrables.
En cuanto a la salud, Ereú indica que su gestión se ocupó por llevar la asistencia médico social a los caseríos de todo el municipio, incluyendo aquellos más lejanos, apoyando a los médicos cubanos que fueron asignados a ese municipio.
Los servicios públicos también fueron una prioridad durante el tiempo que le tocó dirigir los destinos de Urdaneta.
Se construyeron acueductos para el agua potable y colectores para cloacas.
Logró edificar una planta de rebombeo para atender la parte alta de la entidad local.
Se ocupó del saneamiento de las principales poblaciones e igualmente estableció un sistema de rutas sociales, hoy ambas gestiones desaparecidas.
“La gente no me sacó por mal gobernante, sino que ocurrió el efecto Chávez, pero pese a ello, en los 440 caseríos de Urdaneta, se puede visualizar aún las obras de nuestra gestión”, asegura sin jactancia.
Candidato de Chávez
“A mí me llamó Chávez y Reyes Reyes insistió mucho para que fuera el candidato del Gobierno, pero no acepté pese a votar siete veces por el chavismo, tomando la decisión de irme con Orlando Fernández Medina”, apunta, agregando que lo decepcionó el hecho de que el Gobierno central estuviera expropiando a los productores agrícolas y utilizara la nueva Ley de Tierras como un arma para el chantaje y la persecución.
No se retiró de la política inspirado por su esposa, a quien realmente le apasiona el ejercicio de esa ciencia.
“Ella nunca aspira, pero es quien ha mantenido la cohesión de la MUD y organizado, con un equipo de dirigentes, todas las luchas sociales”, amplía Ereú.
Me motiva la situación del país
Ereú revela que cuando le propusieron que fuera el abanderado de la unidad, increpó que pusieran la mirada en otro líder social, porque si bien él estaba ayudando y aportando a la oposición, no quería confrontación, ni medirse.
“Yo quería más bien apoyar a quien fuera, pero me inspiró la situación del país y el arrojo de Henrique Capriles, su valentía, su ímpetu, ayudándome a comprender que tenemos un compromiso histórico con Venezuela”, resalta.
Ahora es el candidato por consenso de la Mesa de la Unidad Democrática, se siente orgulloso de su tierra y de su gente.
Ese empeño de Capriles lo contagia, así como impregna a los urdanetenses, según sus palabras centrales, expresando que para el 8 de diciembre, ya tienen afinada toda la maquinaria electoral, que si todo sale como lo planteado, “gana la democracia otro espacio para aportarle a los vecinos de Urdaneta una nueva oportunidad de prosperar y salir de la miseria de los campos arrasados por supuestas inversiones sin producto”.
Propone intensificar, extender sin límite alguno la agricultura, que ha sido la actividad económica tradicional de Urdaneta y les ha permitido subsistir toda la vida.
Impulsará la ganadería ovina y caprina, trabajada con gran sacrificio y hoy en el olvido.
