“Llevamos tres meses sin recibir agua, ni por tuberías, porque dañaron la bomba, ni por cisternas porque nadie se acuerda de nosotros, ni siquiera porque hay una campaña electoral”.
Muy disgustada con el alcalde del municipio Peña, el gobernador, los políticos y quienes manejan la hidrológica yaracuyana, se encontraban la mañana de este lunes Josefa Castillo, “Chepa”, y numerosos habitantes de Agua Negra, Albarical, San Miguel y otros caseríos del oeste de Yaritagua que salieron a protestar cerrando la carretera vieja hacia esa ciudad.
Explicó que hace unos tres meses llegó un supuesto técnico de Aguas de Yaracuy a darle mantenimiento a la bomba de la que dependían para el suministro de agua y lo que hizo fue terminarla de dañar.
“Ese no era técnico ni nada porque nos dejó sin agua y ahora nadie se hace responsable por el servicio”, indicó.
“Se han vuelto puro engaño pero no resuelven el problema”, dijo por su parte Marlene González, habitante de Albarical.
Señaló que habitantes de una invasión cercana contribuyeron con el problema pues con tomas clandestinas impiden les llegue el líquido por tuberías.
María Ballester y Ana Suárez, a pesar de la avanzada edad, también se levantaron temprano y a las cinco de la mañana estaban en la intersección de la carretera hacia Yaritagua y Agua Negra impidiendo el tránsito automotor en ambos sentidos.
Denunciaron que al sitio llegó el candidato oficialista a la alcaldía, Carlos Oropeza pero su visita fue negativa.
“Pensábamos que venía a resolvernos el problema pero lo que hizo fue amenazarnos, y a nosotros no nos amenaza nadie, nosotros somos los que amenazamos con no permitir las elecciones en la escuela el 8 si antes no colocan de nuevo la bomba y nos dan agua.
Pedro Fernández, luchador social, presente también en el lugar, dijo que son más de dos mil familias de Agua Negra las que están sufriendo por la falta de tan necesario servicio.
La protesta se prolongó por varias horas con las lógicas colas de vehículos.