Un profundo vacío en el seno de la plástica local deja la repentina muerte del artista plástico Omar Anzola, reconocido por su versatilidad en el oficio.
Una de sus últimas visitas a este rotativo fue con su hija Joyce a propósito de un especial de nóveles creadores.
Recordamos este episodio porque así nos los pidió la joven, quien nos dijo, “así como nos viste, así éramos, unidos, compartíamos ese amor por el arte, por la creación, por la escultura. Una afinidad, un don hereditario, tradición familiar”.
Anzola era un ser humano desprendido, agradecido. Siempre tuvo un gesto con los periodistas de la fuente.
Aunque no titubeaba al momento de dar su opinión, era ampliamente apreciado por el gremio, así lo reafirmaron sus colegas, quienes ofrecieron generosas palabras en honor a su legado.
Este artista larense, merecedor del Premio Nacional de las Artes del Fuego, no había concluido un proyecto cuando inmediatamente emprendía otro.
Pintor, dibujante, escultor, muralista, ceramista, vitralista. Abordó todas estas expresiones de forma sinigual. Supo reinventarse para permanecer en el tiempo.
“No volveremos a tener otro Omar Anzola. Su desempeño siempre fue genuino, nunca imitó a nadie”, sostuvo el maestro Alirio Echeverría.
Nos deja muchos recuerdos, agregó, se entregó con tesón a su trabajo, esta noticia es muy lamentable.
Por otro lado, Álvaro Gómez, quien compartió con Anzola una amistad de más de 25 años, expresó que su trabajo era excelente, lo que le permitió alcanzar distintos reconocimientos.
“Él era social, cordial, su obra sencilla. Una semana atrás conversábamos sobre el quehacer cultural. Se preocupaba por el rumbo de la cultura. Se mantuvo al frente de su oficio con un propósito de cambio”.
Para el director de la Escuela de Artes Plásticas Martín Tovar y Tovar resulta increíble que la última exposición de Anzola haya sido en el plantel, casa de las artes plásticas a escala regional.
“Estamos dolidos y al mismo tiempo, nos sentimos privilegiados por abrigar la última propuesta de Omar.
“Sus obras quedaron en la escuela. Tenía previsto dar unos talleres, quería involucrarse más con la institución. Nos sorprende mucho cómo se nos fue. Nos dejó sus inquietudes y proyectos. Anzola era un hombre respetuoso, un gran investigador de todas las expresiones artísticas”, dijo Francisco León.
Un gran amigo, añadió Rafael Martínez, un artista a carta cabal, muy estudioso.
El cineasta Alfonso Ocaña, quien junto a Anzola preparaba el documental de la obra La Veragacha que se encuentra en la Gobernación del estado Lara, precisó que se conocían de niños.
“Nos conocíamos desde que éramos unos niños. Luego, nos fuimos a Europa y nos reencontramos aquí en Barquisimeto. Lo ayudé a exhibir sus obras en el extranjero. Le estaba haciendo un video en su homenaje, de la obra La Veragacha, de cómo elaboró esa gran pieza… lamentablemente no pudimos culminarlo, lo estaba llamando para ponernos de acuerdo. Se nos fue un gran artista”.
Carlos Yépez, “El Pariente”, también expresó su pesar ante la desaparición física del escultor.
“Hace como un mes me regaló una obra. Anzola era toda una institución de las artes plásticas. Lara debe sentirse orgullosa por haber tenido a este gran creador, Premio Nacional de las Artes del Fuego. En su momento nos criticó, reorientó y apoyó”.
Telúrico
Willy Aranguren (+), escribió en 2005 sobre Omar Anzola lo siguiente: “es un artista integral quien no sólo aborda las artes del fuego, en varias facetas, sino otros oficios y que por su encomiable labor e investigación obtuvo el Premio Mayor del XX Salón de Artes de Fuego, organizado por la Galería “Braulio Salazar”, de la Universidad de Carabobo, que equivale al Premio Nacional de Artes de Fuego, por lo que de por sí posee un lugar trascendental dentro de nuestro arte venezolano. Anzola hace una obra variada, murales, vitrales, esculturas-cerámicas, donde el mensaje repunta hacia lo telúrico, hacia el signo fabulado, hacia los caminos y surcos fantasiosos, dentro de las técnicas del Rakú y la quema tradicional, incluso con obra figurativa, como Las Meninas y las Divinas Pastoras”.