Los habitantes de Bobare siguen considerándose los más olvidados por parte de quienes últimamente han dirigido los destinos de la alcaldía de Iribarren, así como de algunos organismos de la gobernación.
El principal ejemplo de ese abandono está en la vieja iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, cerrada desde hace varios años por recomendación de los bomberos y Protección Civil por el mal estado en que se encuentra, en especial en techos y paredes.
Luis Alfredo Gil, cronista ad honoren de la parroquia Águedo Felipe Alvarado, recordó que el recinto religioso se encuentra cerrado a la feligresía desde hace unos dos años, tiempo en el que han acudido a todos los entes habidos y por haber para exigir su recuperación, aunque nada han logrado.
“El templo está cada día peor, por filtraciones en los techos y las paredes, que no se han caido gracias a su contextura”, dijo.
Agregó que la alcaldía de Iribaren y la gobernación no hacen nada porque ese es un patrimonio y corresponde al Golbierno Nacional, pero cuando acuden a Acervo Histórico de la Nación les dicen que no tienen presupuesto, “y mientras tanto sigue deteriorándose.
Pero en Bobare también se nota la falta de atención en sus pocos parques ya que, salvo el del Indio Gayón, recuperado hace unos meses, aunque por falta de mantenimiento ya está deteriorándose, el que lleva el nombre de Águedo Felipe Alvarado y el de Los Estudiantes están olvidados por completo.
Del primero sólo queda “un peladero de chivos” pues los árboles, las caminerías, las bancas donde se sentaban los parroquianos y los juegos infantiles desaparecieron.
“Hasta el busto de Águedo Felipe Alvarado lo quitaron antes de que se lo robaran, y debe estar guardado en alguna parte”, afirmó.
Con respecto al parque Los Estudiantes, cercano al liceo, se encuentra completamente enmontado, lo que impide su uso por parte de los alumnos de los vecinos centros educativos.
Ni la junta parroquial ni la alcaldía se han preocupado en recuperarlo eliminándole la maleza, podándole los árboles y dotándole de alumbrado.
En la parroquia Águedo Felipe Alvarado también siguen esperando la recuperación de la vialidad rural, que está muy deteriorada en algunos sectores, como el tramo hacia el caserío Simara.
Romualdo Giménez, habitante del poblado, dijo que son unos pocos los kilómetros por recuperar plenamente con asfaltado, para que los productores de la zona puedan sacar sus rubros hasta Bobare aún en temporada de invierno.
Pero el problema más antiguo de los habitantes de Bobare es el del agua que, aún cuando ha mejorado gracias a algunas medidas de Hidrolara, sigue siendo crítico.
El tanque ubicado en La Puerta no terminan de llenarlo y los cisternas son insuficientes para abastecer a la población.