Los mercados permanecen agitados en Venezuela, luego que el gobierno, representado en el Poder Ejecutivo, salió con sus organismos de control y fuerzas de represión para fiscalizar el comportamiento de venta al público de los productos, principalmente electrodomésticos, afirmando que los comerciantes colocaron sobreprecio a los artículos, y a las personas se les hizo difícil adquirirlos.
La situación sigue tensa en el país, de la que no escapa Barquisimeto, toda vez que esta medida tomada por el presidente Nicolás Maduro podría desatar el más terrible desabastecimiento en todos los rubros que satisfacen las necesidades de las personas en el país, al decir de algunos analistas de la economía venezolana, ya que la mayoría de los comerciantes no estarían en la capacidad de reponer sus inventarios motivado a la pérdida que sufrieron a ser forzados a vender sus mercancías a menor precio del que la recibieron, generándoles cuantiosas pérdidas.
Dueños y representantes de carnicerías, frigoríficos, panaderías, pescaderías, charcuterías, fruterías, abastos y súpermercados están a la expectativa.
A siete días para el inicio del mes de diciembre no saben si también recibirán visitas por parte del Instituto Nacional para las Personas en el Acceso de Bienes y Servicios (Indepabis).
Compradores de estos rubros se han quejado porque en algunos de estos sectores de alimentos han incrementado los precios de manera inconsulta, y temen no contar con los mismos en diciembre si dichos comercios reciben sanciones administrativas por parte del mencionado instituto.
Las personas han expresado que no desean pasar una Navidad con escasez en la despensa, pero ¿realmente se mantendrán los precios accesibles al cliente durante el último mes del año?
Si bien la carne es uno de los principales insumos para la preparación de la hallaca, existe gran probabilidad de que se consiga en las neveras de las carnicerías para los próximos días, como hasta los momentos. Claro está, en diciembre se produce un aumento en su consumo que obliga a redoblar el abastecimiento.
Consultados varios propietarios de carnicerías en la capital del estado Lara, indicaron que hasta ahora la distribución del producto se ha mantenido con total normalidad en sus negocios, por lo tanto, en este sector no existen compras nerviosas que indique la disminución de carne.
Lo que sí lamentaron es el irregular suministro de pollo desde hace un mes.
Manifestaron que han solicitado los acostumbrados pedidos y no se los llevan.
Tampoco les aportan explicación de porqué no se realizan los surtidos.
Puntualizaron los carniceros que la reciente desaparición del pollo se convierte en una máxima preocupación para las amas de casa, ya que este alimento es el más vendido en la región por su alto consumo en la dieta de los larenses, el cual rinde y combina con cualquier contorno.
Además, sostuvieron, el pollo es otro insumo empleado en la preparación de la también denominada multisápida, así como en la ensalada, de manera que es justificable la angustia de las familias al no conseguir actualmente este rubro.
Esperan que en los venideros días se normalice la llegada del pollo, para que no se convierta en angustia familiar poder preparar las tradiciones culinarias de la navidad.
Por su parte, los dueños de los mercados que expenden verduras, hortalizas y legumbres rezan para que no llueva durante estos días de diciembre.
Lamentan que las precipitaciones abulten el precio de estos productos, de manera que si en los últimos días de noviembre y en el desarrollo del mes de diciembre se producen lluvias sobre el sector campesino lo más seguro es que las personas consigan altos costos.
Este posible que el aumento de las verduras, hortalizas y legumbres también podría obedecer al incremento en los químicos y otros implementos de trabajo comprados para ser utilizados en las siembras.
Expusieron que quienes acuden a los mercados tradicionales se están llevando tempranamente los encurtidos y las hojas para envolver las hallacas, lo que indica el espíritu emotivo que conserva el larense frente a la situación económica del país, la cual se debate entre comer, estrenar y adquirir los regalos del Niño Jesús.
Comer cuesta mucho dinero
Según el Centro de Documentación y Análisis (Cendas), para agosto de 2013 los alimentos aumentaron de precios un 75,2 en Venezuela, apenas en un año.
La razón fue el incremento del costo de nueve rubros, por lo tanto, en ese mes la canasta alimentaria registró un precio de 6.810,49, bolívares, es decir, 337,90 más, respecto a la anterior, equivalente a 5,2%, lo que significa la implementación de más de un salario mínimo para poder adquirirla.
A este golpe al bolsillo de los venezolanos se agregó la desaparición de doce productos de los anaqueles, tales como harina de maíz, café, aceite de maíz, margarina, harina de trigo, sardinas enlatadas, azúcar, arroz, pollo, leche en polvo, carne de res y pastas alimenticias.
Mientras el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), reportó para junio un aumento de 37,36% del costo de los alimentos controlados, puesto que de enero a mayo los regulados subieron 23,5%, y los no controlados aumentaron 27,3%.
El INE refleja que tanto el pan como las sardinas fueron aumentados 33,1% y 39,9%, respectivamente.
Por otro lado, las familias para comprar aceite, pasta y azúcar deben aportar 3,8%, 18,4% y 7,5% más dinero que en el 2012.
Más sacrificio para comprar
La subida de los alimentos obliga a los compradores a buscar mayor cantidad de dinero para poder abastecer su local.
La explicación, aunque sencilla, complica el presupuesto de las familias al tomar en cuenta el aumento de precio que se evidenció en nueve rubros de la canasta alimentaria.
Fueron incrementados frutas y hortalizas, 8,1%; azúcar y sal, 17,8%; grasas y aceites, 22,6%; raíces, tubérculos y otros, 6,5%; carnes y sus preparados, 4,9%; cereales y productos derivados, 4,8%; salsa y mayonesa, 2,1%; eche, quesos y huevos, 3,1%; pescados y mariscos, 2,0%.
El Cendas hizo público que la comparación palpable entre los precios controlados y los precios de mercado es de 218,0%.