Es la Fiesta de Cristo Rey. ¿Qué será eso del Reino de Cristo? ¿Cuándo llegará ese Reino? ¿Cuándo llegará Cristo a establecer ese Reino?
En tiempo de Cristo, los romanos no podían permitir que alguien pretendiera ser rey. Por eso, antes de condenarlo, Pilato le pregunta a Jesús: “¿Eres el Rey de los Judíos?”. Y Jesús no lo niega, pero precisa: “Mi Reino no es de aquí, no es de este mundo” (Jn. 18, 36).
Y, efectivamente, Jesús no es rey de este mundo. Los reinos de este mundo son temporales por más largos que sean, pues aún los vitalicios terminan algún día y son sustituidos por otros. Los reinos de este mundo son limitados, porque por más que ocupen grandes territorios -y hasta la tierra entera- tienen como límite sus fronteras o las fronteras hasta donde llegue su influencia y su poder. Por más poderosos que se crean los reyes de la tierra, su poder es limitado en el tiempo y en el espacio.
Cristo no vino a establecer un reinado así. Su reinado será diferente a los reinados de la tierra. Su reinado será como es Dios: eterno e infinito, sin límite de tiempo ni de espacio. Su reinado nunca se acabará y su reino nunca será destruido.
Cristo establecerá ese Reino definitivamente y para siempre en la Parusía, en su segunda venida en gloria, cuando sea el fin de los tiempos, el fin del mundo. ¿Exactamente cuándo? Nadie lo sabe, ni se puede predecir el momento exacto. Lo importante es que, como ese reinado ya comenzó, tenemos que empezar a formar parte de él y estar bien listos para cuando llegue de manera definitiva.
Lo había dicho antes a sus seguidores: “Mi Reino está en medio de vosotros” (Lc.17, 21). Y es así, pues el Reino de Cristo va permeando paulatinamente en medio de aquéllos que acogen la Buena Nueva al aceptar que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios. Y no sólo entre ésos, sino también dentro de cada uno de los que acogen ese mensaje de salvación que Jesús vino a traer. Entonces El, como Rey de Cielos y Tierra, establecerá su reinado definitivo al fin del mundo.
Pero, mientras tanto, ese Reino va creciendo cuando los que queremos formar parte de él hacemos la Voluntad del Padre. En eso consiste el Reinado de Cristo en cada uno de nosotros: en que hagamos la Voluntad de Dios.
Por eso es que Jesús nos dijo que su Reino comienza por nosotros mismos. Y es que comienza cuando cada uno busca hacer la Voluntad de Dios. Así Cristo puede ser Rey de cada uno de nosotros. Su Reino en medio del mundo depende de nosotros: depende de cuántos acojamos la Voluntad de Dios para nuestra vida.
Pero queda algo en el aire … si el Reino de Cristo no es de este mundo ¿de qué mundo es? Pues del mundo futuro, el que viene después de esta vida en la tierra.
Ya lo había anunciado El mismo en el momento en que fuera juzgado por Caifás: “Verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha del Dios Poderoso y viniendo sobre las nubes” (Mt. 26, 64).
Entonces: el Reino de Cristo, aunque ya comienza a estar dentro de cada uno de los que seguimos la Voluntad de Dios, se establecerá definitivamente con el advenimiento del Rey a la tierra, en ese momento que el mismo Jesús anunció durante su juicio: en la parusía (al final de los tiempos) cuando Cristo venga a establecer los cielos nuevos y la tierra nueva, cuando venza definitivamente todo mal y venza al Maligno. Será un Reino en el que habiten la justicia, la paz y el amor, según nos enseña el Catecismo de la Iglesia Católica #671 a #677.
Y … después de la muerte ¿qué? Ver respuesta en www.buenanueva.net