Generalmente, la mayoría de la gente, incluyendo dirigentes políticos, no sabe lo que es el Plan de Desarrollo Urbano, según el conversatorio que se desarrolló en EL IMPULSO, al cual fue invitado el arquitecto Carlos Cárdenas, director de planificación de la alcaldía.
Cuando a un ciudadano de la calle le preguntaron: ¿Sabe usted qué es el PDUL?, el sorprendido interrogado ripostó con otra pregunta: ¿Es un nuevo jarabe para la tos? La anécdota la recordaba Cárdenas en referencia a una encuesta hecha hace años por este diario.
Pero, como su nombre lo indica, es el plan concebido para el desarrollo de la ciudad. Hasta hoy, en el país, han sido aprobados 14 y el único que tiene el complemento ambiental es de Barquisimeto.
Esto pareciera una contradicción porque cuando se ejecutan obras, lo menos que se toma en cuenta es el ambiente.
Y precisamente, el de la capital larense tiene esa característica, pensando en humanizar la ciudad, dijo el funcionario cuando sostuvo un ameno diálogo con sus colegas, Juan Manuel Carmona, director de EL IMPULSO; Ángel García, Zulay Briceño, Jorge Despujol, Glenda Saldivia, Roberto Ortega y María del Socorro Escalona. También participó Choi Mey Lau, de la Cámara Inmobiliaria.
Al referirse a las declaraciones hechas públicas por Alfredo Ramos, candidato a la alcaldía de Iribarren por la Mesa de la Unidad, quien ha pedido que se paralice la reforma del PDUL, explicó que como ya estaba vencido el período de diez años, que establece la revisión del mencionado instrumento de planificación, se procedió a elaborar los primeros papeles de trabajo.
La modificación ya fue aprobada y es de destacar que entre las innovaciones introducidas está la de acabar con la estructura burocrática existente, la cual es enemiga de todos, porque ahora las decisiones no serán tomadas a la discrecionalidad de los funcionarios, sino por las propias comunidades.
Al respecto mencionó la eliminación de la llamada “cita”, mediante la cual se solicitaba un funcionario para que realizara el informe de un inmueble y esa práctica era perniciosa, porque se prestaba a la corrupción.
Ahora se pedirá al arquitecto de la obra que presente una descripción jurada, que facilitará el trámite en el menor tiempo posible; pero, si se incurre en falsedad, se expondrá a recibir sanciones muy duras.
Criticó Cárdenas la forma como se elaboran los presupuestos participativos, por cuanto las comunidades continúan exigiendo el cumplimiento de derechos, tales como la instalación de los servicios de agua y cloacas, cuando éstos constituyen una obligación del Estado.
Entre las modificaciones hechas está el tamaño de la parcela, lo que permitirá que el dueño de la misma pueda hacer remodelaciones internas hasta en un área de 300 metros cuadrados.
Y también se estable la diversificación de la economía urbana, que permitirá a miles de personas trabajar en su casa, como por ejemplo la orfebrería o cualquier otro oficio.
Ahora las comunidades deben no sólo pedir lo que les conviene, como parques, escuelas y, en general el equipamiento comunitario, sino que la forma como ha sido diseñado el Plan de Sectorización de la Ciudad, les permitirá recaudar impuestos.
Quedó en claro que la alcaldía no rompe calles, porque esta no es su competencia y los organismos que lo hacen son los que se ocupan de los servicios.
