El gobierno argentino anunció que mantendrá su política de intervención en la economía, incluido el mercado cambiario, al ratificar su política económica en la última etapa del gobierno de Cristina Kirchner que finaliza en 2015.
«Hay muchos argentinos que necesitan al Estado. (…) Sabemos que los intereses corporativos lo que pretenden es defender sus propios intereses y el Estado tiene que tener capacidad regulatoria», justificó el Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, que juró el miércoles en su cargo junto al nuevo ministro de Economía, Axel Kicillof.
El gobierno dio por tierra con cualquier especulación acerca de cambios en su política como resultado de la derrota en las legislativas del 27 de octubre, donde el oficialismo perdió en los principales distritos aunque retuvo la mayoría en el Congreso.
Kirchner había adelantado el miércoles la «profundización del modelo económico» en base a la idea del «desarrollo de una industria nacional».
«El kirchnerismo redobla la apuesta como es su característica aunque el ‘vamos por todo’ ahora se plantee como ‘vamos por más’ (eslogan de campaña del gobierno). Kicillof concentra la gestión económica y Capitanich la política, buscando hacerse conocer desde el cargo para ser presidenciable», dijo a la AFP el analista político Rosendo Fraga, director del centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
Capitanich dijo en rueda de prensa que el gobierno seguirá interviniendo en el mercado de divisas a través de una «flotación administrada del tipo de cambio».
«Desde el punto de vista de la administración de reservas tenemos que protegerlas», añadió.
Las reservas del Banco Central están al borde de perforar el piso de 32.000 millones de dólares, lejos del récord de 52.000 millones de dólares en 2010, en parte por los esfuerzos para sostener el tipo de cambio oficial que ronda los 6 pesos por dólar.
Las restricciones para la compra de dólares hicieron florecer un mercado paralelo de cambio donde el dólar cotiza casi a 10 pesos.
Por su parte Kicillof sostuvo ante la prensa que «pese a la rebaja en las reservas, tienen un nivel consistente» y rechazó la creación de diferentes tipos de cambio que coexistan, al asegurar que «hay otros instrumentos» para frenar el drenaje de divisas.
«Aquel que mire el tipo de cambio como única variable, se equivoca. Tenemos un plan (económico) integral», dijo.
Kicillof señaló que el gobierno se propone «lograr que haya más dólares, generar más oferta», aunque no especifó cómo lo tratará de hacerlo.
«No vamos a hacer nada que genere bruscos cambios en la economía», afirmó.
El ministro prometió «trabajar en la consistencia de los precios de los servicios sin generar problemas para el bolsillo del consumidor y fomentando la industria nacional».
«Necesitamos buen poder adquisitivo, que la gente siga consumiendo, con un mercado interno sólido y producción que responda a ese mercado interno», dijo.
Capitanich había afirmado más temprano que el gobierno buscará acuerdos de precios con sectores productivos «garantizando las condiciones de rentabilidad de los empresarios».