Dentro del absurdo contenido de la ley Habilitante aprobada por los diputados partidarios del gobierno, incluyendo al suplente de la parlamentaria María Mercedes Aranguren Nassif, se establece “combatir el financiamiento ilegal de los partidos”.
Esto no es otra cosa que la amenaza clara que tiene Nicolás Maduro de acabar con los partidos y movimientos políticos que sean de oposición, porque todos sabemos que el Partido Socialista Unido de Venezuela y sus satélites son mantenidos con recursos provenientes del Estado, declaró el abogado y diputado Filiberto (Fili) Peña Canelón, del Consejo Legislativo del estado Lara.
Todos los partidos están obligados por ley a presentar ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) cuentas de su financiamiento y tal revisión está a cargo de funcionarios del mencionado organismo, que precisan los números de cuentas bancarias de las organizaciones políticas.
Evidentemente, hay personas que no son militantes de partido, pero en una campaña electoral contribuyen con lo que consideran conveniente para los gastos, ya que se requiere instalar tarimas, toldos, hacer afiches y desplegar propaganda, actividades todas éstas que son necesarias y legales.
Pero, lo que se propone Maduro es que solamente exista un solo partido como ocurre en todos los regímenes totalitarios y comunistas como China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba, donde no es posible la disidencia, porque existe condena penal para quienes se arriesguen de criticar las medidas oficiales.
No podemos olvidar que Maduro tiene formación ideológica cubana, porque precisamente se fue a la isla para prepararse en agitación fundamentalmente y, desde luego, en la doctrina que implantó Fidel Castro, dijo Peña. Es por ello que la Habilitante es inconstitucional porque violenta el principio plural del pensamiento.