El Rincón de los Miércoles 20/11/2013

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Después de la avalancha provocada por el gobierno la semana pasada, el país entró en una resaca moral que se ha manifestado en las redes sociales con una gran intensidad.

Alentadas desde la cúpula del poder las muchedumbres avanzaron sobre las tiendas de electrodomésticos con dos intenciones; una intentando comprar a precios de gallina flaca y la otra aprovechando los tumultos para saquear los negocios, como se pudo ver en los videos.

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Nuevamente se pone en marcha una estrategia destinada a evadir las responsabilidades que tiene el gobierno en este caso al culpar a un grupo de empresarios de especuladores olvidándose que ha sido el propio gobierno el que ha estimulado una situación que tiene que ver con los controles que ejercen sobre las divisas, los cuales crean los mercados paralelos desatados.

En esta cacería caen inocentes y culpables del aumento de los precios en Venezuela, no solamente en los artículos de la llamada línea blanca, sino en la mayoría de los principales rubros de consumo.

No se dice nada sobre los escandalosos precios de los automóviles, los más caros del mundo, según apunta una publicación internacional dedicada la industria, pero si se apuesta al control de todos los ramos de la economía sin pensar que estas medidas pueden provocar un mayor desabastecimiento cuando desaparezca una parte del comercio por falta de incentivos.

“No quiero que los venezolanos sean los mejores del mundo, tampoco los peores, menos los más inteligentes o los más tarados; solo quiero que seamos normales”. Esa expresión la escuché recientemente en un aeropuerto nacional donde por razones que no fueron explicadas nos dejaron varados durante más de 14 horas, tiempo suficiente para explorar el submundo en el cual se han convertido los terminales aéreos del país.

Lo primero en observar es la evidente sobreventa en algunas empresas prestadoras del servicio que no protegen –esa es la palabra técnica utilizada- a los pasajeros con reservas, causando, como es lógico, incontenibles reacciones de protesta que lamentablemente se quedan en eso, en protestas.

En un ascensor de Maiquetía veo a un empleado del aeropuerto convertido en un “agente cambiario” frente un ciudadano estadounidense. El asombrado gringo se limitaba a escuchar el extraño conteo que hacía el hombre de los billetes venezolanos. Graciosamente se saltaba algunos números hasta llegar a los 35, cuando en realidad pudieron ser 30. Los dólares para el “agente” tenían un valor de 35 bolívares por unidad.

El ascensor estuvo detenido por algunos minutos mientras el “avispado” personaje realizaba la transacción y a mí no me quedó más remedio que ser testigo de la escena. Cuando concluyó todo, el tipo se volteó a mirarme y exculpándose dijo: “Pana es una ayudadita para completar el sueldo”.

Más adelante, pululando por el terminal nacional, me di cuenta que el ambiente no era el mejor; una pareja argentina intentaba hacer respetar una reservación en el mostrador de una las pocas líneas aéreas que operan en Venezuela. Como no tenían explicación del por qué no aparecían en el sistema sus nombres los amenazaron con la Guardia Nacional si persistían en su reclamo.

El hombre y la mujer, promediando ya la llamada tercera edad, durmieron esa noche en Maiquetía y no precisamente en un hotel. En mi caso, un supervisor pagó con su tarjeta de crédito el pasaje que reclamaba. Curiosamente abordé un avión diferente al de la línea donde había reservado y pagado el servicio. Al llegar a Barquisimeto comenzó un pequeño vía crucis al que casi estamos acostumbrados por la falta de modernidad del llamado pomposamente “Aeropuerto Internacional Jacinto Lara”- aunque apenas llegue a campo de aviación.

Los increíblemente pacientes pasajeros deben caminar unos 50 metros por la rampa hasta llegar al pequeño e incómodo salón de equipajes y esperar que un vehículo (de muchas horas de vuelo) bajara las ya golpeadas maletas que solo corren por una correa transportadora (la segunda está dañada hace algún tiempo). Todos querían salir rápidamente del lugar con la esperanza de tomar un taxi por el temor de quedarse anclados en el terminal, porque a esa hora solamente trabajan los más esforzados de los conductores de los “libres”.

El proceso duró alrededor de 40 minutos y, como siempre me ocurre, mi equipaje fue el último de la fila. Tuve la fortuna de conseguir a un madrugador por la zona que se ofreció llevarme a casa por la modesta suma de 200 bolívares Fuertes, que ya no son tan fuertes. Terminaba un periplo que comenzó cuando el avión de American aterrizaba en Maiquetía a las 2 de la tarde. A eso de las 3 de la madrugada me venció el cansancio pensando en lo que dijo alguien de los compañeros de viaje e infortunio. “Me conformo si los venezolanos volvemos a ser normales”. Evidentemente no lo somos, y estamos muy lejos de serlo.

Las inversiones extranjeras no llegarán a Venezuela como lo solicita el inquilino de Miraflores y él debe saber mejor que nadie cuál es el motivo. En Colombia el gigante del acero de la India, Jindal Steel Works, perteneciente al Top 10 de esta actividad en el mundo pondrá su sede para América Latina en Bogotá y llega no solamente a comercializar sino a comprar activos y generar muchos empleos.

MUJERES: Según una encuesta revelada hace una semana, los países menos indicados para la mujer pertenecen al mundo árabe: Egipto, Irak, Arabia Saudita, Siria y Sudán y Yemen. También aparecen otras regiones donde las mujeres no pueden disfrutar de derechos humanos básicos, como por ejemplo ir a un colegio, manejar automóviles, viajar al exterior o abrir una cuenta bancaria, entre otros tantos.

EL CHEF Ángelo Nasta es el nuevo director gastronómico del Martinis Bistró del Hotel Jirahara, y desde ya promete una verdadera cocina de autor con creativos platos, dignos del más exigente gourmet. ¡Enhorabuena!.

FOTO:- Les presento a Taylor Swift, una chica de apenas 23 años, convertida en una verdadera estrella de la música. Tiene 37 millones de seguidores en Twitter y ha vendido unos 23 millones de discos y beneficiada con 50 millones de descargas musicales por Internet. La rubia ha destronado a divas como Beyoncé o Lady Gaga como la más admirada por el público….

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