Los teléfonos inteligentes han democratizado la tecnología más que ningún otro gadget hasta el momento. Estos dispositivos han logrado meter en nuestros bolsillos aplicaciones de ocio y trabajo, que cada uno ha integrado en su vida cotidiana a su manera.
Ahora son más potentes que los ordenadores de hace apenas cinco años y para muchas personas es una inversión bien aprovechada, ya que, pese a sus elevados precios, son utilizados a diario en multitud de ocasiones.
Marcando la diferencia
Los smartphones son tan inteligentes como lo son las apps compatibles con él.
Esto significa que el iPhone y los smartphones Android cuentan con una importante ventaja sobre el resto, ya que su catálogo está sobre el millón de apps.
Sin embargo, hay que centrarse en las necesidades concretas de cada uno y no llenar el terminal de decenas de aplicaciones inútiles que no hacen más que ocupar espacio. Por eso resulta muy importante conocer las apps más cercanas a nuestras necesidades, ya sean por trabajo, por ocio o por afición.
Del mismo modo, hay que tener claro que no todas las apps funcionan igual ni tiene las mismas opciones en los diferentes sistemas, aunque estén desarrolladas por la misma empresa.
En general, Apple sigue dominando el universo app en variedad y calidad. Mientras que las de Android, que ya son más numerosas, suelen costar menos o ser gratis con publicidad –que consume datos del móvil–.
Ten cuidado con lo que instalas y los permisos que concedes, puedes encontrar apps que incluyan virus. Windows y BlackBerry cuentan con algunas de las más populares o imprescindibles, pero aún les falta variedad para competir a nivel de usuario avanzado. Apple sigue dominando el universo app en variedad y calidad La característica más llamativa de cualquier smartphone es su pantalla.
El tamaño, el colorido, el brillo, la nitidez y –ojo a este punto– la densidad de píxeles. Es
importante encontrar un tamaño que sea cómodo para su uso continuado en la mano. Justo aquí es donde la mayoría de los fabricantes apuestan por las 5 pulgadas, mientras que Apple se mantiene en las 4. Lo mejor es probarlo uno mismo, sin olvidar que no sea incómodo o pesado en el bolsillo.
No menos importante es que la densidad de píxeles sea superior a 300 ppp, el límite donde el ojo humano es incapaz de discernir la transición entre píxeles. Finalmente, conviene evaluar la visibilidad de la pantalla a plena luz del día. Algunos modelos se ven mejor que otros, bien porque polaricen la luz, porque tengan cobertura antirreflejos o sencillamente porque la tecnología empleada sea mejor.
Autonomía
Igual alguien se acuerda de cuando los móviles de pantalla monocroma aguantaban una semana sin recargar. Todo eso pasó a la historia con la llegada de las pantallas táctiles a color, los potentes procesadores y la conexión permanente de los dispositivos a Internet.
Sin embargo, poco a poco los smartphones están estirando su tiempo de vida lejos del enchufe. En general se puede asumir que cuanto más grande sea la pantalla, mayor será la batería y mayor la autonomía del conjunto. Por eso, los modelos de 5 pulgadas ofrecen más autonomía que otros más pequeños, como el iPhone, pero a su vez se ven superados por los phablets, los nuevos dispositivos híbridos a medio camino entre el móvil y la tableta.
Fotos para todos
La movilgrafía –o fotografía con el móvil– es una tendencia creciente entre los usuarios, y las marcas lo saben muy bien. Los avances en sensores y ópticas han alcanzado niveles impensables hace unos pocos años y cada terminal apuesta por convertirse en la mejor cámara para el usuario.
Nokia y Sony han puesto sensores de mucha resolución, otros como LG o Apple apuestan por estabilizadores de imagen e incluso HTC ha desarrollado un sensor de mayor sensibilidad (pero menos resolución). El nuevo iPhone vendió 9 millones de unidades en todo el mundo en su primer fin de semanaLas cámaras de los teléfonos móviles incorporan decenas de funciones y tecnologías que permiten obtener imágenes increíbles.
Hacer panorámicas, secuencias de vídeo con tiempo acelerado (conocidas como time lapse) o fotografías de alto rango dinámico HDR son solo el principio. Algunos modelos cuentan con disparo en ráfaga capaz de obtener hasta 10 imágenes en un segundo.
Así se puede escoger la mejor composición, con lo que seguro que no se escapa el momento decisivo. Otra de las funciones más sorprendentes es la que permite borrar objetos molestos que aparezcan en las fotos. El típico señor que se cuela al fondo de la foto y estropea una escena genial, puede ser eliminado de la imagen gracias a una cómoda función que devuelve la imagen limpia.
Más sorprendente aún es la herramienta que permite hacer una foto de grupo y escoger la mejor expresión de cada uno de los retratados, para crear una imagen final con todos sonrientes y con los ojos bien abiertos.
Por último, en algunos casos, la función de vídeo incorpora mejoras como ser capaz de empezar a grabar el clip antes incluso de que aprietes el botón, lo que resulta ideal para esos momentos en los que estás esperando que el bebé haga las cucamonas de turno e irremediablemente aprietas el disparador demasiado tarde para pillarle.
El resultado global de todos estos avances fotográficos es más que notable en conjunto, pero existen diferencias que los más interesados podrán descubrir en medios tecnológicos como Clipset. Y no se debe olvidar que las apps fotográficas amplían hasta el infinito las opciones creativas de estas cámaras.
La guerra entre Apple y Android
Si bien es cierto que Apple inauguró la era de los smartphones tal y como la conocemos hoy en día, Android es la plataforma que actualmente domina el panorama mundial. Esta rivalidad es llevada a los extremos por los usuarios.
Android está más fragmentado, usa NFC (Near Field Communication), cuenta con Google Now (extensión de la aplicación Google Search que responde a las consultas realizadas por los usuarios, entre otras cosas) y dispone de decenas de terminales. iOS prefiere Passbook, escáner dactilar y Siri. Ambos se copian un poco el uno del otro, pero ninguno de los dos es perfecto.