Libertad de expresión y turbulencias

El tema de la libertad de expresión, en la actualidad, es bastante vulnerable por las posiciones asumidas por parte de diferentes sectores de la sociedad, los cuales se han enfrentado en defensa de sus ideales de manera reaccionaria, altamente intolerantes. La libertad de expresión se ha convertido en una especie de “ramera del siglo XXI” y es que se presta para cualquier tipo de cosa y muy pocas veces se le da la utilidad correspondiente: educar, corregir, convivir, entretener, informar y apostar al desarrollo.
La libertad de expresión es el derecho de todo individuo a enunciar ideas libremente, y por tanto sin censura. En el artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos se expresa: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y de recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
Si analizamos estas definiciones y observamos de manera minuciosa como se ejerce en Venezuela la libertad de expresión, notaremos que gran parte de la población solo va gritando “de plaza en plaza” cualquier cantidad de cosas que se le vienen a la cabeza, hacen denuncias pero no aportan ideas, arremeten contra cualquier persona olvidando que no pueden atentar contra la dignidad de las mismas, porque si bien es cierto que constitucionalmente tenemos derecho a expresarnos, tampoco es menos cierto que deberíamos asumir las responsabilidades que esto pueda traer. Por otro lado, tampoco sabemos dónde nos podemos expresar según sea el tema, es decir, mediante que instituciones del Estado podemos emanar nuestras denuncias. No solo existen los medios de comunicaciones impresos, radiales y audiovisuales. También hay entes públicos donde podemos ir a expresar lo que sentimos, creemos y/o necesitamos.
Pero momento, los diferentes medios comunicacionales para expresar nuestras libertades de expresión hoy en día son determinantes, y es que pueden reforzar o debilitar una u otra tendencia política. El gobierno nacional en la actualidad poco acepta algún tipo de críticas por parte de sus adversarios e incluso ni de su propio gabinete gubernamental. Eso lleva a limitar a los medios de comunicación a través de “leyes” y, asimismo, limita la libertad de expresión. Libertad entre persecuciones, acusaciones irresponsables y guerra mediática que opacan lo importante de atender en el seno sociopolítico venezolano. Un cambio positivo radica en una educación del hombre con fundamentos de avanzada, pero no solo una preparación académica sino también de civismo, una forma de conducta adecuada de los ciudadanos dentro de una sociedad. Un ciudadanos refleja lo que es cuando con su conducta admite que existe otro ciudadano que merece respeto y consideración, que se adapta a las normas de convivencia establecida dentro de la comunidad. El civismo en necesario para que pueda mejorar la cultura y la idiosincrasia del venezolano, la libertad de pensar, decir y actuar.