Con el triunfo fácil del veterano Radek Stepanek, por 6-3, 6-1 y 6-1, sobre Dusan Lajovic, República Checa se impuso 3-2 al anfitrión Serbia, en el quinto punto, y retuvo la Copa Davis de tenis, la tercera de su historia.
La República Checa ganó en 2012 la “ensaladera” superando por 3-2 a España en Praga, también con una victoria de Stepanek, actualmente de 34 años de edad y número 44 de la ATP, en el partido decisivo, quien así se erigió en el gran artífice de aquella victoria de hace un año, lo que repitió en esta jornada en un encuentro que pareció de entrenamiento ante Lajovic, de 23 años y 117 del ránking mundial.
“Me encontraba bajo la presión más fuerte que podía soportar”, destacó Stepanek, emocionado y lleno de alegría. “El nuestro es uno de los cinco equipos (del mundo) que ha logrado defender la Copa”, añadió, tras el triunfo ante unos 10.000 espectadores.
Más temprano, Novak Djokovic, número dos mundial, había derrotado a Tomas Berdych en tres mangas, por 6-4, 7-6 (7/5) y 6-2, con lo que había dejado la final empatada 2-2 tras el cuarto partido.
El ídolo local consiguió así su victoria 24 consecutiva, con un servicio perfecto y confirmando su gran momento de forma, en el que ha encadenado títulos en Pekín, Shanghai, París-Bercy y el Masters de final de temporada en Londres.
Berdych plantó cara especialmente en el segundo set, en el que llegó a forzar el “tie-break”, pero “Djoko”, impulsado por los hinchas del Belgrado Arena, consiguió apuntarse la manga.
En el tercer set, con el checo ya cansado después de haber jugado dos días antes en individuales y el sábado en dobles, Djokovic sentenció con un 6-2.
“No hay una sensación mejor que jugar con este Arena lleno”, declaró la estrella local, micrófono en mano, en un mensaje al público al término del partido.
El equipo anfitrión (Serbia) se vio mermado por las ausencias de su número dos, Janko Tipsarevic, lesionado, y de Viktor Troicki, 36 de la ATP, quien está suspendido por dopaje y fue reemplazado por el poco experimentado Lajovic, por lo que una victoria local ante los duros checos hubiese sido casi milagrosa.