Si bien los ciudadanos conocen la realidad económica, social y política que vive Venezuela en las últimas horas, a través de los medios de comunicación, es urgente analizar las causas o factores que han generado la crisis, desde la visión de Roberto de Vries, especialista en el área de la conducta humana y la comunicación, y Nelson Fréitez, en el ámbito de los fenómenos sociales, quienes hablan del origen del problema y las posibles soluciones a la salida de la difícil realidad del país, que mantiene en la calle a compradores en un clima de desorden, mientras el Gobierno apela a la fuerza de su poder contra lo que ha llamado especulación.
Roberto de Vries, médico psiquiatra y experto en el área de imagen, poder y liderazgo, describe un esquema en el que evalúa los tres escenarios de poderes actualmente en juego, presentes desde hace unos quince años con la aparición de la revolución, que han incidido en lo que hoy se observa en las calles de Venezuela.
En primer término nombró el poder político que se fundamenta en lo ideológico, desde el cual se expone un método para manejar y enfrentar a la sociedad y sacar provecho de ella, en medio de una crisis ideológica mundial donde aparece el presidente Hugo Chávez, a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, para gobernar durante 14 años.
Este capital político lleva las riendas del poder que es diferente al poder económico, centrado en la productividad para satisfacer necesidades vitales y el cumplimiento de los deseos de la gente en sueños y proyectos.
Entre estos dos poderes hay un capital mucho más importante: el social, que busca la convivencia, la identidad de quiénes somos y hemos sido, ya que los venezolanos son mestizos y multiculturales, es decir, la suma de la integración de muchos grupos étnicos conviviendo en el país, manifestó.
Problemas de liderazgos
El psiquiatra dio un paseo por los últimos quince años de gobierno y establece que el poder político ha tratado, con mucho éxito, de dominar por completo al poder económico, y ahí está la lucha ideológica que se le quiere imponer como solución al segundo, pero en medio de estos dos escenarios se encuentra el poder social.
De acuerdo con sus estudios sobre este triángulo de poderes, precisó que la situación vivida en Venezuela, entre otras razones, obedece a la falta de elementos que constituyen el poder político, a raíz de la muerte del presidente Chávez que dejó un vacío, tales como autoridad, auctóritas (poder a través del prestigio), coacción (uso de la fuerza), influencia (capacidad de gobernar a través de otros) y el manejo de la información.
Otra de las razones, comentó, es que en la oposición no hay personalidades ni agrupaciones que asuman ese capital político. “Si revisamos la autoridad está en muy pocas manos de gobernadores de los factores democráticos”.
En este sentido, señaló el especialista, el oficialismo posee un alto nivel de influencia, sin precisar si la misma proviene de Cuba, opinó, y agregó que otro rasgo es el crecido nivel de información del oficialismo en sus redes de radio y televisión, que le ha venido restando esa misma posibilidad a la oposición para comunicarse con el país.
No obstante, se observa un liderazgo conductual desde el poder que infunde miedo y no mide el comportamiento de la gente que busca artefactos eléctricos en los establecimientos comerciales. “Es una gerencia muy extraña y de incertidumbre”, sentenció.
Le quitan autonomía económica a Venezuela
Señaló que respecto al poder económico, el Gobierno ha venido estatizando y quitando la autonomía que tenía hace más de quince años, cuando competía realmente en decisiones con el poder político, pese a que en ocasiones se peleaban, pero muchas veces establecían alianzas.
Recalcó que no existe liderazgo económico en el chavismo, a través de un vocero creíble, y tampoco la oposición ha tenido suficiente fuerza de estrategia y comunicación para lograrlo, por el contrario, se le quitan espacios.
Es decir, hay un predominio hasta ahora de capital político sobre el capital económico.
El venezolano no confía en su gente
Al decir que el capital social se fundamenta en valores compartidos, de inclusión y conexión, el especialista lamentó que los venezolanos no confían uno del otro, por lo tanto no está generando capital social e institucional para el manejo adecuado de problemas.
“En Venezuela hay una ausencia total de líderes, entendido como el que tiene capacidad determinante en cuatro aspectos: en los valores, conocimiento, emociones y conducta del otro”, sostuvo.
Sin concepto en el discurso
Roberto de Vries afirmó que ahora los políticos del oficialismo y de la oposición, así como la mayoría de venezolanos, no tienen conceptos definidos sobre aspectos de la vida social, económica y política para Venezuela, solo expresan ideas que no producen ninguna explicación de contenido, que lleguen a la comprensión de las personas y en razón a propiciar transformaciones.
“Si le pregunto a una persona de cualquier clase social qué es la felicidad, lo más probable es que me conteste sentirme bien. Esa respuesta es sólo un parámetro, no el concepto”, expuso, y agregó que el cerebro no va a funcionar si no tiene conceptos.
Subrayó que el presidente Chávez sí generó conceptos, de ahí su poder comunicacional. “Por ejemplo conceptualizó escuálido, majunche y pitiyanqui los cuales llegaron a la gente porque había un vacío de conceptos”.
Puntualizó que no le escucha a la oposición decir el país que quiere, a menos en tres conceptos, entonces se pierde el mensaje. Por ejemplo, quiere una Venezuela con ciudadanos prósperos y democráticos, pero debe explicar qué es ciudadanía, prosperidad y democracia.
“Es como si tuviéramos un diálogo de sordos, donde nadie entiende a nadie porque nos cuesta pensar, aunado a una crisis de liderazgo ejemplar de valores y emocional”, adujo.
La oposición y el oficialismo no se están comunicando como organizaciones políticas.
El control puede parar en anarquía y caos
Para el sociólogo Nelson Fréitez, toda sociedad requiere un sistema de producción, distribución de bienes y servicios que le satisfaga necesidades básicas a las personas, y en Venezuela este sistema está controlado por el Estado, que tiene la posibilidad del Sicad petrolero o la llamada renta petrolera, aunado a un conjunto de leyes para supervisar y fiscalizar toda la producción y distribución que se realiza en el país.
Esgrimió que si el estado venezolano distribuye dólares preferenciales a empresas para importación o producción, debería tener el control de los precios y de la oferta de la distribución, y al no hacerlo es responsable de los procesos de usura, extorsión y especulación que se producen en el mercado.
A los excesivos controles del gobierno respecto al mercado los tildó de patológicos, los cuales conducen a una anomia, es decir, altera la convivencia, producen situaciones caóticas y anárquicas, como las que se están viviendo en la calle, las cuales pueden conducir a la violencia y enfrentamientos innecesarios.
Un espectáculo público
Precisa que todo lo que ha ocurrido con estas convocatorias desde el poder Ejecutivo ha hecho que los ciudadanos acudan a las tiendas y presionen a los comerciantes, en un espectáculo público que podría llegar a saqueos, como ocurrió el domingo pasado en Naguanagua, estado Carabobo.
“La sociedad no puede funcionar de esta manera, como si viviéramos sin Estado, en la barbarie”, lamentó.
Habrá un grupo de personas que piensa que el Gobierno actúa con lógica porque combate la especulación, la usura, pero también rechaza que se instigue, que se propicie el enfrentamiento con los comerciantes y que se diga que todos son especuladores.
No es justo que la gente amanezca durmiendo en las aceras para adquirir un artículo, ojalá el Gobierno reaccione.
El proceso inflacionario venezolano no obedece a la especulación, sino a la deficiente estructura económica del país frente a la alta demanda de importaciones de bienes y productos.
¿Acción para ganar las elecciones?
Explicó Nelson Fréitez que si estas medidas se concretaron para mejorar la imagen del Gobierno, a propósito de las elecciones municipales del 8 de diciembre, entonces el oficialismo está jugando con fuego porque esta situación se puede revertir y se altera el orden público. “Lo más recomendable es que el Gobierno inicie un proceso de diálogo con los sectores productivos, comercio, industria y extienda un diálogo en materia de políticas económicas consistentes, porque no se pueden controlar los precios con las fuerzas armadas en la calle, ya que en ninguna sociedad del mundo funciona la economía a punta de bayoneta”.