Un espacio destinado al disfrute de la comunidad se aleja de su objetivo por el mal estado de sus áreas verdes. Poca iluminación y desechos regados por el lugar han convertido a la plaza Federico Carmona en un sitio de paso por donde solo cruzan algunos peatones que transitan el área.
El equipo del Diario El IMPULSO visitó el lugar y pudo comprobar que la comunidad no utiliza el mismo como un sitio recreacional. Apreciación confirmada al entrevistar a quienes día a día transcurren su jornada allí.
Transeúntes y vecinos recurrentes de la plaza fueron los mejores testigos para narrar los problemas que alejan a los más pequeños de la oportunidad de jugar al aire libre. A unos cuantos metros, un conocido kiosquero contempla lo que alguna vez fue un sitio utilizado para compartir vivencias comunales. Ahora se la pasa “sola”, mientras en las noches se llena de personas que emplean sus instalaciones para consumir sustancias ilícitas y hacer cosas indebidas. “Una vez la limpiaron y al cortar la maleza encontraron hasta motores de motos”, comentó un joven que no compartió su nombre.
“Hay gente que trota por la avenida y las calles cercanas pero no usan la plaza por el mal estado en el que está”, apuntó otro de los vecinos.
Betty Guzmán, residente de la urbanización, camina frecuentemente por la plaza para visitar los negocios a su alrededor. “De noche es insegura por la falta de iluminación. Deberían arreglarla un poco”, destacó.
Las inmediaciones del lugar sirven para que algunos puestos de comida rápida funcionen. Los pocos visitantes que, de alguna forma, la visitan son los clientes de estos puestos de comida. Una parada rápida para consumir un perro caliente con varias salsas es lo más cercano que los ciudadanos llegan.
Otros disponen de los bancos del área para dormir y descansar. Algunas personas sin vivienda pueden encontrarse de forma regular allí, mientras coloridos graffitis adornan las paredes con las que colinda.
Asimismo, el estado de las caminerías deja mucho que desear, pues en una ciudad dónde los espacios para el esparcimiento no abunda, algunos se pierden por la desidia.