Las similitudes en dos megalómanos gubernamentales

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La megalomanía es un estado psicopatológico, donde predomina el delirio de grandeza, el profundo deseo de poder y de riqueza, mediante una actitud omnipotente que la persona usa para manipular sentimientos y situaciones sociopolíticas, conducta muy frecuente en emperadores, monarcas, dictadores.
Uno de los ejemplos mas patéticos lo tenemos en la Edad Antigua, cuando el Emperador Chin-Huang-Ti funda en el S.III AC hacia el año -221 AC, al «Imperio Oriental Chino», llamado así en homenaje a su primer nombre.
Este déspota emperador, tuvo la osadía de mandar a destruir todos los documentos (Constitución) que no se ajustaban a su manera de gobernar, nombraba gobernadores burócratas en los Cantones, para poder controlar el pensamiento ciudadano (derechos humanos) y para lograr la uniformidad del pensamiento escolar ilegalizó todas las escuelas que florecían filosóficamente y creó un sistema ofensivo contra los intelectuales que se oponían a su forma de gobernar (libertad de expresión); llegando al extremo de enterrar unos 400 de ellos vivos como ejemplo intimidatorio.
Se caracterizó este déspota por un gran terror a la muerte o tanatofóbia, por lo que hizo con todos sus séquitos y ejército un viaje a la “Isla de los inmortales” situada mas allá de la costa Este, en busca del «Elixir de la vida y del secreto de la vida eterna”, donde muere, y, al estar a dos meses de distancia de su Palacio Imperial en la capital Xiangyang, su primer ministro Si Li se preocupa porque su muerte pueda desencadenar una revuelta en todo el Imperio, producto de su brutal política; por lo que decide ocultarle al pueblo la muerte del Emperador mientras logra trasladarlo a palacio, pero como el cuerpo se estaba descomponiendo, manda a colocar dos carretas llenas de pescado una al frente y otra detrás de donde venía el déspota, con la finalidad de engañar el origen de tal fetidez.
Una vez llegado a palacio es declarada su muerte y es enterrado en un épico mausoleo, protegido por 7.000 soldados de terracota todos armados y de tamaño real. Tiempo después de su muerte el palacio imperial y los archivos fueron quemados y su despótica dinastía totalmente borrada. Hoy en ese Imperio, hay un pajarito venezolano, piando desesperadamente  sobre los soldados de terracota. ¡Voilá¡

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