Para recordar: “Jesús respondió: Te aseguro: El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Desde acá, nuevamente queremos enviar nuestro mensaje solidario de esperanza y fe, al profesor William Amaro Gutiérrez y a su esposa Carmen Teresa Álvarez de Amaro, por el sensible fallecimiento de su hijo Jorge Enrique. A sus hermanos, a su esposa Oneisi, e hijita Naomy, y también a la familia (en general) Amaro Gutiérrez ¡Que Dios les envíe el consuelo que necesitan cada día!
Cuando hablamos del “cambiazo”, es el término que usa la Banca y manejado por el pueblo, como el “cambio de la tarjeta de débito o crédito por una falsa y puede suceder en los cajeros automáticos o en los puntos de venta” (página web: banesco.com/lo-nuevo/tu-seguridad-es-nuestra-prioridad-conoce-en-que-consiste-el-cambiazo).
Noviembre y Diciembre son los meses de las utilidades, bonos navideños y otros beneficios económicos producto del trabajo de una persona, y eso lo sabe el hampa, quienes redoblan sus actuaciones, y todos nos vemos cercados de tanta mente maléfica calculando donde “echar el guante”.
No importa los años que llevemos manejando cuentas, pese a la publicidad de alerta relativo al tema, a cualquiera de nosotros se le puede cumplir aquel dicho que dice: “Al mejor cazador, se le va la liebre”.
En dicha página, no solo nos hablan del cambiazo, también señalan: El robo o sustracción de cheques; “El pitazo” (alguien con algún celular llama a otro delincuente para hacer su fechoría) y “El phishing” (todo lo concerniente a lo que hace por Internet).
Cada quien puede diseñar su seguridad personal y, en nuestro caso, resaltaremos las del cambiazo, tomado de la página web anteriormente mencionada: 1) Sea precavido, nunca acepte ayuda o sugerencia de extraños mientras esté en un cajero automático. 2) Proteja su clave, cubra con su mano el teclado, mientras marca la clave secreta en los cajeros automáticos. 3) Cuide su tarjeta, al pagar en un establecimiento, no la pierda de vista y cuando se la devuelvan compruebe que sea la suya. 4) Use la Banca Electrónica (Internet), para realizar sus operaciones (‘en la medida de las posibilidades’).
Seguidamente, agregaremos otras estrategias de seguridad: 1) Trate de ir acompañado cuando vaya a realizar una operación bancaria ¡Tomemos esto en serio que “eso no son juegos”! Ya que así actúan los delincuentes, en grupo, y casi nunca actúan solos (vigilan, pasan datos, entretienen). 2) Cuídese que nadie le siga, u observe la conducta de las demás personas que están a su alrededor. 3) No le muestre a nadie el saldo que tiene, así sea poco. 4) Si el cajero automático no le da datos, dinero o funciona irregular, no insista; muévase y vaya a otro cajero automático o al banco. 5) ¡Cuidado! No haga nuevas amistades mientras está frente (manipulando) a un cajero; allí es donde alguien le saluda muy atento, para tratar de “ayudarlo” (embaucarlo).
El cambiazo, y valgan ustedes la comparación, era lo que necesitaba hacer Nicodemo, un fariseo y príncipe judío que fue de noche a Jesús; y el Maestro, con amor, le respondió su inquietud sobre su entrada al reino de los cielo y le dijo que era necesario que naciera de nuevo (ver texto inicial).
El cambiazo, es lo que deberían hacer los delincuentes, gente desalmada que pueden dejar a un padre, o madre de una familia sin alimentos durante un tiempo; o tal vez, una persona no podrá comprar tratamiento médico y muchas necesidades más; lo que es peor, tal vez, se pudieran estar metiendo con un “inocente” a quien Dios preserva, algo fatal para ellos si no cambian de actitud.
Gracias a Jesús, Nicodemo hizo el cambiazo de su vida y, a pesar que no entendía sobre el “nuevo nacimiento”, lo encontramos más tarde al pié de la cruz trayendo un compuesto de mirra y áloes para el cuerpo de Cristo, junto a José de Arimatea, el dueño de la tumba (ver Juan 19:38,39).
Es evidente que, así como Jesús llamó a Nicodemo para bautizarse, ser una nueva persona y optar al reino de los cielos, es la misma solicitud que nos hace a nosotros. Y, si somos bautizados por inmersión, y deseamos cambiar completamente, aprovechemos la oportunidad de hacer un nuevo pacto cada día con Jesús, quien está dispuesto a cambiar nuestra vida.
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