A las 5:30 de la mañana, como todos los días, Emilio José Jiménez Paredes, de 30 años, salió de su residencia en Retén Arriba, al norte de Barquisimeto, rumbo a su trabajo como conductor de un rapiditio de la línea Cardonal – Tamaca, actividad que había desarrollado desde hace 10 años aproximadamente.
Encomendado a Dios, como siempre lo hacía, comenzó su labor, llevaba dos vueltas y a la tercera, como a las siete de la mañana, dos hombres se montaron en el sector Las Llanadas, cerca de la escuela, uno adelante y el otro atrás, y bajo amenazas de muerte lo desviaron hasta Las Nuevas Delicias donde le dispararon en la parte izquierda del pecho, acabando con su vida instantáneamente, allí lanzaron su cadáver y se llevaron el carro.
Según versiones policiales, los asesinos habrían sido reconocidos por la víctima y por ello le propinaron el tiro, también estarían nerviosos porque andaba una comisión de los cuerpos de seguridad rondando la zona, por lo cual, en el sector La Antena de Che Guevara dejaron abandonado el vehículo con el cual, el hombre de 30 años, trabajaba para mantener a su hijo de cuatro meses de nacido.
“A casa de mi mamá llegaron y le dijeron: señora Dalia, pase y se sienta, a Emilio le dieron dos tiros, pero no pensamos que estuviese muerto”, comentó uno de los cuatros hermanos del ahora occiso, Óscar Jiménez.
“Era un joven tranquilo; no se metía con nadie, no le gustaba pelear, incluso decía que si lo llegaban a robar él entregaba todo y más ahora con su bebé tan pequeño. Eso es lo que me extraña del caso, para mí que los delincuentes lo reconocieron y por eso lo mataron”, insistió Jose Luis Rivero, uno de los compañeros de trabajo y amigo del difunto.
Anteriormente no había sido víctima de robos, sin embargo, los 28 miembros de la línea, en boca de Juan Giménez, su presidente, rechazaron los actos vandálicos, de los cuales son víctimas casi a diario. “Desde hace un año para acá esto se ha puesto más feo, en todo este tiempo se han robado 30 vehículos, después nos llaman y piden rescate, así como pasó anoche (lunes)”.
Comentó el líder de los choferes que por primera vez asesinan a uno de los suyos.“¿Para qué nos vamos a reunir con los cuerpos de seguridad si no hacen nada? ¿para que trancar la vía? Queremos justicia porque se trata hoy de él pero mañana puede ser uno de nosotros”, expresó.
El otro de los compañeros, quien prefirió resguardar su identidad por miedo a represalias, habló del miedo con el cual sale a laborar todos los días. “Me encomiendo a Dios para regresar con vida a mi casa pero nunca se sabe”.