Lealtad a Venezuela

Fin de semana peligroso el que acaba de pasar. Presagio de más dificultades a corto plazo. Declaraciones del señor Maduro muy graves, incitando al odio y al saqueo contra quienes pueden ayudar a sacar adelante la economía,sin saber que, en cierta forma, su actitud es un llamado al desconocimiento de la ley. Muchos rumores detrás de estos acontecimientos. Ninguno auspicioso, todos alarmantes. No olvidemos que nadie puede hacerse justicia por sí mismo, entre otras cosas porque cada quien cree tener razón y  al tratar de hacerse justicia se puede incurrir en injusticias más grandes.Para eso están los órganos jurisdiccionales, que deberían funcionar perfectamente.
Uno de los rumores que más apareció en las redes sociales, fue que la empresa más afectada por las decisiones gubernamentales, estaba de acuerdo con lo que se hacía desde el gobierno, porque es un espectáculo montado para hacer creer que el gobierno tiene  gran conciencia social. Vaya a Ud. a saber si eso es cierto, aunque no me extrañaría que lo fuera. Lo verdadero fue que vivimos un fin de semana pesado, desconcertante, triste. Me alarmó ver gran cantidad de personas desesperadas saqueando tiendas y saliendo con tal cara de felicidad que parecía habían conseguido la gloria más grande del mundo. Recordé a Miranda en 1812, cuando cayó la primera república y fuerona detenerlo en La Guaira:  “Bochinche, bochinche, bochinche, eso es lo que le gusta a este pueblo, el bochinche.” De bochinche en bochinche, al rato de los saqueos, el comentario general era el triunfo de una señorita venezolana en el concurso miss universo. Realización definitiva pues. El domingo en la noche el señor Maduro vuelve por sus fueros y en otra cadena repite amenazas. Aunque lo noté un poco más prudente y hasta “considerado”, “se actuará con respeto a las personas” dijo el señor Maduro, como si fuera una concesión graciosa, quizás cayó en cuenta de lo peligroso y anti venezolano del  llamado a que “no quede nada en los anaqueles”. Así vamos de bochinche en bochinche. Y los problemas agravándose. No sé cómo llevar a cabo la recomendación del Papa Francisco a Capriles, “diálogo, diálogo, diálogo”. Dice Caprilesque esa fue la palabra que el Santo Padre más le repitió. Valoro la buena fe de la Iglesia y del Papa, pero no creo que haya diálogo con un gobierno encerrado en sí mismo, autista, que no reconoce a más nadie.“Inventor” deuna supuesta “trilogía del mal”: María Corina Machado, Henrique Capriles y Leopoldo López. Qué serán entonces, el mismo Maduro, Diosdado y Jaua. Santo Dios!
Completa el panorama, la declaratoria del TSJ de  que hay mérito (“cuándo no es pascua en diciembre”, decían nuestros abuelos) para enjuiciar a la diputada Aranguren, a quien, con toda seguridad, le será allanada su inmunidad parlamentaria y deberá incorporarse su suplente a quien el régimen, según se dice, tiene controlado para que vote favorablemente la ley habilitante. Y, no puedo dejar de mencionarlo, la ocurrencia de Maduro de dictar un decreto presidencial (Decreto N° 541, publicado en la Gaceta Oficial N° 40.286) en el cual se declara el próximo 8 de diciembre, día de las elecciones municipales, como el día dela lealtad y el amor a Chávez. Este decreto, además de ser “groseramente ventajista” como lo dijo el rector Vicente Díaz del CNE, es una norma jurídica que tiene, entre otras características, la de la generalidad, porque va dirigida a toda la colectividad nacional y la de la obligatoriedad, que obliga a todos por igual. Y resulta que nadie puede obligarnos a serle leal y mucho menos a amar, a quien nunca seguimos y nunca amamos. Respeto a quien se considere obligado a serle leal a Chávez y a quien desee continuar amándolo, esa es una decisión personal y muy respetable, pero esos sentimientos no se imponen, no nos obligan a los demás venezolanos. Vimos en los últimos comicios presidenciales que, según las cifras oficiales del CNE, por lo menos la mitad de los venezolanos no queremos nada con el chavismo, lo repudiamos. Mi amor y la de millones de venezolanos, es a Venezuela, a su gente, al futuro libre y democrático del país y a la grandeza de la Patria. Mi lealtad a Venezuela, a más nadie.