«Sin desarrollo no hay ganancias, sin ganancias no hay desarrollo». Joseph Schumpeter
En algún punto del camino, el desarrollo económico se ha convertido en menos de desarrollo y más sobre el crecimiento. El crecimiento en sí mismo, no necesariamente es una cosa mala, pero este concepto sólo, es muy limitado. Se trata más bien de crear más de algo y no aborda la cuestión de la calidad.
Muchas de las actividades en busca del desarrollo económico, están enfocadas en atraer más negocios, crear más empleó, generar más riqueza y así sucesivamente. Existe poca o ninguna atención a las oportunidades empresariales atraídas por las economías locales o su complementariedad con las empresas existentes; la calidad de los empleos creados; o la naturaleza y la distribución de la riqueza creada. Incluso aquellos que trabajan en el desarrollo económico, que se centran en la iniciativa empresarial, tienden a prestar más atención al número de nuevas empresas creadas, al número empresarios a los que la información les ha sido entregada, o a la cantidad de las empresas generadas por estos emprendedores.
Poca atención pareciera darse a las medidas de calidad, tales como los niveles de las habilidades de los emprendedores, de la eficacia y la eficiencia con que se mueven sus empresas a través de las etapas del ciclo de vida de sus negocios, es decir, la calidad y la fuerza de sus negocios. En realidad está falta de atención a la calidad en favor de la cantidad está en función de una pobre evaluación de los resultados.
La falta de una orientación hacia los resultados, sin embargo, no es la única razón por la cual, el actual enfoque de desarrollo económico se equivoca, al enfocarse más sobre el crecimiento que sobré el desarrollo. El crecimiento es entendido más rápidamente. Es más fácil para los planificadores públicos, los dirigentes, los líderes y políticos usar el crecimiento para comunicarse con la población en general. Este crecimiento se puede lograr en periodos de tiempo más cortos. Por ultimo, así se hace un llamado a la justificación inmediata en la mentalidad de nuestra sociedad, por el contrario, el desarrollo requiere de paciencia, porque se trata de un proceso a largo plazo, que es complejo y dinámico, por lo tanto no es fácil de entender y tampoco de explicar a los demás.
En otras palabras, el desarrollo debe ser sistemático y sistemico, lo que lo hace más complejo. El simple hecho es, que no podemos darnos el lujo de no invertir en nuestro propio desarrollo. Esto implica invertir en el desarrollo de las personas y en el desarrollo de la infraestructura necesaria, para el desarrollo de las personas, en realidad se trata de dos cosas diferentes, comúnmente confundidas.
Por eso ahora, debemos comenzar a descubrir como esta línea de pensamiento es aplicable a los emprendedores y al espíritu empresarial.
Es aceptado que el espíritu empresarial, es la esencia del desarrollo económico, entonces se deduce que el desarrollo económico para ser realmente exitoso, debe concentrarse en el desarrollo de los emprendedores y sus empresas y el desarrollo de una infraestructura completa, coordinada y eficiente.
Por que es transformador, el proceso de desarrollo de los emprendedores es complejo. No es algo que uno simplemente lleva hacia adelante para salir del paso de alguna manera, incluso si se tiene experiencia previa como emprendedor. Se requiere un sistema que pueda ser utilizado para organizar la complejidad, de modo que se pueda controlar y actuar en consecuencia.
Por eso, se debe comenzar con una discusión sobre las habilidades requeridas para el éxito del emprendedor.
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