El anuncio y orden del presidente Nicolás Maduro de ocupar las tiendas Daka en Caracas y el interior del país, supuestamente por estar aplicando sobreprecio a sus ventas, indujo a gran cantidad de personas a congregarse, la misma tarde del viernes, en la sede de la empresa en la avenida Libertador de Barquisimeto con la esperanza de adquirir algún artículo a bajo costo.
Hombres y mujeres, incluso algunas con niños, comenzaron a llegar a las inmediaciones del establecimiento.
“Yo estoy aquí desde las nueve de la noche, no he dormido, y espero que abran para comprar un televisor a precios solidarios”, expresó una mujer mientras mostraba el número que le colocaron en su antebrazo.
“Aquí hay mucho desorden porque nadie informa si van a abrir o no y ya estamos viendo a gente que acaba de llegar, con intenciones de colarse”, dijo un hombre con rostro soñoliento, señal de que también hizo la vigilia.
Eso ocurría a las diez de la mañana, aproximadamente, mientras el acceso a la tienda permanecía cerrado, custodiado por uniformados de la Policía Militar y Guardia Nacional.
Un nutrido grupo de personas permanecía frente al establecimiento mientras otras formaban una larga cola en la acera, hacia el este.
A esa hora se vio ingresar a una mujer, lo que originó un tumulto mientras se escuchaban gritos de “coleaos, coleaos” o “números, números”, haciendo alusión a los que durante la noche y parte de la mañana les fueron marcados a quienes estaban en la cola.
Hubo un momento en que la situación parecía incontrolable para los pocos militares que a esa hora se encontraban allí destacados, por lo que se pidieron refuerzos para evitar el ingreso violento de las personas.
Pocos minutos después, por una calle transversal, aparecieron una camioneta y numerosos motorizados uniformados que tomaron el frente de la tienda y lograron controlar a quienes habían llegado hasta la puerta con intenciones de entrar.
Durante todo el día se registraron forcejeos entre los frustrados compradores, policías militares y guardias nacionales mientras desde el interior de la agencia Daka no surgía información alguna para orientar a quienes persistían en su propósito de adquirir algún artículo electrodoméstico.
Poco después de las tres de la tarde se presentó el comandante de la 14 Brigada de Infantería y Guarnición Militar, general César Figueira, quien atribuyó el retardo de la apertura a la labor de los funcionarios de Indepabis fijando los nuevos precios con las rebajas.
Hubo denuncias por la actuación de algunos guardias nacionales por agresiones verbales o de introducir a familiares por puertas posteriores para comprar antes que los que hacían colas desde la noche anterior.
Poco antes de las cinco salieron los primeros compradores con neveras, televisores, lavadoras u otros artefactos y la calma volvió al sector.