¡EUREKA! YA TENGO LA RESPUESTA

Debo iniciar estas líneas aclarando que no soy sociólogo, analista político, ni nada por el estilo; soy un ciudadano como usted que hoy lee este texto. Sin embargo manteniendo esa premisa tan escuchada de: “escribe que algo queda”, pues decidí lanzarme a plasmar en negro sobre blanco, esta breve investigación que logre sin ser científico.
Naci y crecí toda mi vida en la otrora arterial comercial de Barquisimeto, la Avenida 20; en la cual se podía estar sentando afuera del edificio en horas de la madrugada e incluso transitar por ella, con uno que otro sospechoso que pudiera cruzarse en la vía pero que no pasaba de eso “sospechoso”. Indigencia: pocos, pero sí existían, sería carente de valores decir que no existían. Sin embargo hace cosa de unos dos meses; días mas días menos, esperábamos a mi esposa terminara un evento en su trabajo; junto a mi pequeña de cinco años en casa de mi hermana en la calle 26 cerca de la Venezuela. Sobre las 9 de la noche salimos a su encuentro hacia la carrera 19, evocando esos tiempos cuando transitaba de joven a pie las mismas calles, al salir  sentir un extraño escalofrío, de esa sensación que genera un silencio y soledad de esas vías. Pero la experiencia se incrementó al pasar por el centro comercial frente a la iglesia, pues sus aceras se convierten en “posada” a no menos de siete indigentes. Algo complejo fue explicarle a mi hija las razones a la escena; sumándole oscuridad a las calles y mucha soledad, atrevo a preguntarme: ¿será este “gancho” con lo que el gobierno estimulara el Turismo Chévere?
Esta semana aplique otra fase del experimento, esta vez caminar por la carrera 21 en horas del día; y pude constatar como ha ido en crecimiento nuestra economía… informal claro esta. Hace unos meses los trabajadores informales (aclaro, están en todo su derecho de llevar sustento honrado y bien ganado a sus hogares) les permitieron “regresar” a la Av. 20. Pero como vamos en desarrollo pues ya esta arteria no da abasto para la demanda y ahora toman la 21, incluso con restaurantes con mesas de 4 puestos montadas sobre las aceras. Insisto tienen y es meritorio llevar sustento con trabajo honrado y esfuerzo el dinero a casa pero: en un país donde los verdes innombrables han entrado a chorros tipo Salto Ángel se puede entender esta situación???
Pero todas estas letras sirven para explicar la conclusión de mi investigación. Por razones como la inseguridad entre tantas otras, mi familia poco salimos en la noche; cuando lo hacemos es en vehículo propio o de alquiler, en ruta directa del lugar origen a casa. En otras circunstancias pues se visitan los centros comerciales, utilizando el mismo medio de transporte; y es acá donde descubrí lo que le pasa a ministros, funcionarios que apuestan solo y únicamente a lo que les dicen que deben decir, o ven en su Circuito Cerrado de Televisión Oficial: “que la economía esta en crecimiento, que la pobreza extrema va en descenso, que la inseguridad es una sensación tipo térmica”.
Pero como todo tiene solución, tomo la iniciativa de sugerirle a los personeros del “gobierno de calle” que apliquen ese slogan al fiel pie de la letra: salgan de sus oficinas, bajen de sus carros blindados y de vidrios oscuros que poco les dejan ver lo que pasa afuera de ellos y de sus casas muy bien resguardadas, caminen por las calles, díganle a sus escoltas que quieren que se mantengan a unos 10 pasos de ustedes y descubrirán lo que vivimos a diario todos los venezolanos, rapidito; sin ser científico, no se digo yo.