Por la puerta del sol – Los políticos y sus tontos útiles (1)

Los libros de historia siempre están abiertos para recordarnos el pasado y mostrarnos los caminos que llevaron nuestro mundo a la gloria o al infierno.
Originalmente el hombre vivía en un estado natural, sin gobierno ni leyes. Cada uno luchaba por defender sus intereses, en donde se imponía el más guapo o el más fuerte. La vida era salvaje, solitaria, pobre, impura, atroz, breve. Hubo la necesidad de crear la sociedad civil y un soberano o gobierno al que se someterían todos, a cambio de obtener para sí y para sus bienes protección y seguridad. Se logró en un principio, pero pronto el gobernante se independizó de sus creadores para  someterlos. Así se formaron los primeros tiranos. Aquel pueblo había puesto la confianza en el elegido que pronto falló, saliendo a flote su ambición personal y su egoísmo; desde este momento nació la corrupción. “Cuando el hombre se aparta de la ley y la justicia es el peor de los animales” (Aristóteles).
Para ganar la simpatía de la población los políticos son los primeros en la lista de los vivos, se vuelven tremendamente  encantadores, amables, humildes, prometen lo increíble, lloran, abrazan a los que nunca en otra circunstancia abrazarían. Su hipocresía es el sacrificio por los votos que les llevará al poder. Se aprovechan de la fe, las necesidades y la esperanza de los llamados tontos útiles.
Recordar es vivir, también es hacer un alto en el camino, reflexionar, rectificar, cambiar, pensar en los errores cometidos, en los pasos mal dados, enmendarlos y no volver a caer en la trampa de equivocarse  eligiendo el camino que lleva a la desdicha.
Cuando se trata de llegar al poder la manera más segura para los políticos es la de embaucar y  utilizar  tontos útiles.  Se refiere a la cúpula de los inteligentes, los capitalistas, productores y empresarios, aquellos  cuyo interés principal es seguir multiplicando sus ganancias, no ser molestados, gozar de cualquier tipo de permisos, obtener concesiones, exoneraciones fiscales, privilegios y bienes para sí, igualmente se refiere a los ignorantes y más pobres, fáciles  presas, que se aferran a la esperanza y a las promesas de aquel que promete sacarlos de la miseria. La recompensa recibida de inmediato es la carestía, el desabastecimiento, la exclusión, la inflación impresionante, y de paso la persecución, los pésimos servicios hospitalarios, el aumento de la delincuencia,  etc.
Los tiranos, carecen de todo sentimiento humano, cometen las más abominables crueldades con tal de no perder el poder. -El poder es el mayor mal que sufren los hombres  por demostrar que no hay nadie como ellos-. Una vez alcanzado su objetivo los gobernantes se convierten en el más encarnizado enemigo no solo de la masa opositora sino de los tontos útiles que le allanaron el camino al poder.  El Caribe, Centroamérica, Suramérica y los países que sufren, se encuentran en medio de la inclemencia de estas tiranías ciclónicas, destructivas, arrasadoras, demoniacas. Buscando el perfecto ideal, al elegir mal sus gobernantes, los pueblos han terminado siendo instrumento de su propia destrucción.
El historiador Carlo M. Cipolla define al tonto útil como “La persona que causa daño a otra o grupo de personas, sin obtener, al mismo tiempo un provecho para sí, obteniendo más bien un perjuicio”. Según sus investigaciones cada uno de nosotros pertenece a una de estas cuatro categorías: al grupo de los incautos, al de los inteligentes, al de los malvados o al de los estúpidos.
Los tiranos nunca apuestan a la salvación de una nación, apuestan al malogro de las alianzas, a la mentira de los acuerdos, a su disfraz de demócratas, al apoyo de los tontos útiles etc. Los rusos apostaron a la revolución que engulló primero a los que en ella confiaron, después los invadió, los sometió a la esclavitud, los irrespetó, humilló y destruyó. Los países que siguen este modelo perverso, padecen todos los abusos, las ilegalidades, las negaciones, coacción de las libertades,  censura de los medios etc.
¿Qué sentido tiene continuar llevando esta carga de desdicha, si en catorce años no han sido capaces de mejorar la vida de los venezolanos  con toda la riqueza que posee el país y que han manejado a su capricho? Si no hay un cambio radical en la ruta a seguir que beneficie a todos, si no hay un giro de 360°el país seguirá hundiéndose  en la ruina y la desgracia.
Continúa la próxima semana.

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