Los precios al consumidor en Venezuela subieron un 5,1 por ciento en octubre, un fuerte avance desde el 4,4 por ciento del mes previo, y alcanzaron su segundo mayor ritmo en seis años, informó el jueves el Banco Central.
Con el alza de octubre, la tasa anualizada de inflación trepó al 54,3 por ciento, una de las más altas del mundo, en lo que significó el último revés para los esfuerzos del presidente Nicolás Maduro por estabilizar la economía.
La variación acumulada entre enero y octubre del Indice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 45,8 por ciento, sustancialmente por encima del 13,4 por ciento de igual período del 2012.
Un fuerte gasto público y un resquebrajado sistema de control de cambios han provocado dificultades a los empresarios para importar productos básicos, maquinaria y repuestos.
Las lecturas mensuales de la inflación venezolana han rivalizado con los aumentos anuales de precios en otros países latinoamericanos, lo que amenaza con debilitar la base de apoyo de Maduro entre los sectores populares que se beneficiaron de las concesiones otorgadas por el desaparecido presidente Hugo Chávez y financiadas con los ingresos petroleros del país.
La inflación de octubre fue impulsada por los precios del alcohol y el tabaco, que treparon un 8,6 por ciento. Los precios del importante sector de alimentos y bebidas sin alcohol subieron un 5,6 por ciento.
El índice de escasez del banco central venezolano, que refleja la insuficiencia de artículos básicos de consumo, llegó al 22,4 por ciento, su máximo nivel desde el inicio del 2010. Esto significa que de cada 100 productos de la canasta básica del venezolano 22 estuvieron ausentes.