Tienen razón la Presidenta del Brasil Dilma Rousseff y la Canciller de Alemania Ángela Merkel cuando solicitan formalmente a las Naciones Unidas un pronunciamiento sobre la vigilancia y el control internacional del espacio cibernético. La comunidad internacional reclama un nuevo sistema internacional más allá de los estados para el espacio cibernético, luego de las terribles revelaciones del espionaje de Estados Unidos en todo el mundo, especialmente con gobiernos amigos y estados aliados, desde la Agencia de Seguridad Nacional. Por supuesto que también gobiernos que reclaman a Estados Unidos esta actitud violatoria del Derecho Internacional en sus territorios violentan la necesaria libertad de información y de opinión, gobiernos que espían a sus ciudadanos a los usuarios de las redes sociales con sofisticados equipos para monitorear en tiempo real, no solo los mensajes sino el historial de la navegación. Edward Snowden ha levantado la alama de esa vigilancia universal de su gobierno y ha reafirmado la denuncia de Julian Assange en los más de 250mil documentos hechos públicos, con la permanente injerencia norteamericana.
Durante la guerra fue la conquista de los territorios y del espacio ultraterrestre motivo de confrontación entre Washington y Moscú. La conquista espacial buscaba unas nuevas fronteras para ambas potencias en lo militar pero también en lo científico y tecnológico. En ese momento la nueva dimensión del arma nuclear y su traslado en vectores o misiles necesitaba el dominio del espacio ultraterrestre, por eso también el empleo de los satélites y el desarrollo de los misiles. Como diplomático me toco representar a Venezuela en el comité especial de la ONU sobre el Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre, donde el tercer mundo exigía utilizar el mismo en beneficio de todos y en función de la paz, Con la caída del muro de Berlín los acuerdos nucleares y la cooperación en materia espacial facilito el cierre de la estrategia de la Guerra de las Galaxias. Hoy son muchas las misiones espaciales donde unifican esfuerzos rusos, norteamericanos, chinos y europeos.
Se creyó que con el fin del comunismo la unipolaridad facilitaría la extensión de los valores de democracia y de la libre empresa y se llegó a firmar el Fin de la Historia.Parecía realizarse el sueño de Kant con la Paz Perpetua. Pero se impuso una nueva dialéctica de los extremos en la confrontación cultural y religiosa. Choque de Civilizaciones cuya expresión más dolorosa es la guerra en Siria y donde la nueva multipolaridad por visiones egoístas ha sido imposible de encontrar una solución definitiva. Los grandes centros de inteligencia se han lanzado a la conquista de las nuevas técnicas de información y comunicación. La meta es el control del internet el dominio del ciber espacio y seguramente la expresión que conoceremos de la ciber guerra. Estala sobrepasa la dimensión de la tierra el mar y el aire, el nuevo espacio es el de las computadoras y los sistemas informáticos, para paralizar los sistemas de ataque y de defensa pero también la industria la economía y la cultura.
Finalizando el 2010 en los periódicos del mundo aparecieron 250mil cables diplomáticos estadounidenses con la correspondencia entre el Departamento de Estado y sus 274 misiones diplomáticas y consulares. Su precedente habían sido las 7mil páginas de los papeles del Pentágono en el New York Time en 1971 sobre la Guerra de Vietnam. Esto demostró ese nuevo espacio cibernético transnacional sobrepasando el control de los gobiernos donde el fundador Julian Assange afirma luchar por la transparencia y los derechos humanos. Posteriormente fue Edward Snowden y las denuncias del espionaje estadounidense, donde se informa y se desinforma, se recogen datos y se propagan rumores, se siguen a personas e instituciones. Hace dos años el virus STUXNET en las computadoras de la central nuclear de Bushehr en Irán permitían no solo espiar, sino también reprogramar los reactores atómicos.
Las redes participativas de la web 2.0, el espacio cibernético en las sociedades democráticas y el respeto de los derechos humanos permiten realizaciones extraordinarias como ha sido en el proceso de la Primavera Árabe. En todas las plazas del Cairo, de Túnez, de Trípoli había pancartas con agradecimientos al Facebook y al Twitter. Dictadores y líderes autoritarios reconociendo la capacidad subversiva de las redes de comunicación tratan de censurarlas. Las potencias desde el punto de vista ético no pueden deformar ni apropiarse del espacio cibernético fundamentales para la circulación de la información. La ciber comunidad mundial lo impedirá, los 900millones de usuarios de Facebook sobrepasan la voluntad de los gobiernos y de los estados además de los millones de adeptos que tiene Twitter.
La revolución del internet no la frenaran, pero hay que ponerlo en buenas manos como lo han propuesto Brasil y Alemania.
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