Sospechoso que Maduro diga que habrá elecciones con luz o sin luz, porque no hay ninguna empresa eléctrica privada.
A mí me gusta ser larense porque es la mejor forma de ser venezolano, afirma Ramón Guillermo Aveledo, secretario general de la Mesa de la Unidad Democrática, quien fue el invitado al Desayuno Foro de EL IMPULSO.
Vino acompañado por su hija, Luisa Jacinta, y su amigo de toda la vida Alfredo Ramírez Torres. Compartió con el director de este medio, arquitecto Juan Manuel Carmona; la jefa de Información, Violeta Villar Liste; la coordinadora de Redacción, Haydeluz Cordero; y Ángel García, redactor web.
Aquí aprendí a leer y ser venezolano, añadió.
Aunque no se quiera hablar de política, es imposible ante Aveledo, por cuanto la mayor parte de su tiempo lo dedica al proceso electoral que se llevará a cabo el próximo 8 de diciembre.
Es una oportunidad que no pintaba, asienta. En esta ocasión, los venezolanos podemos con nuestro voto decir si estamos conformes como está el país o si queremos que el país cambie. Es una oportunidad irrepetible para decir con voz fuerte qué queremos y qué no queremos.
Estoy muy metido en la campaña y voy todos los miércoles a reuniones. Si la gente del Gobierno se está haciendo la ilusión de que habrá una baja participación electoral, está equivocado.
Diosdado Cabello y Ernesto Villegas han declarado que hay una contradición en la gente de oposición, pues pide el voto cuando está impugnando las elecciones anteriores y desconfía del árbitro.
Pero, no es ninguna contradición, porque todos los descubrimientos que se han hecho es participando. Ya quisieran ellos que no fuéramos a votar.
Para Aveledo es muy sospechoso lo que declaró Nicolás Maduro. “Decir que con luz o sin luz realizarán elecciones, no tiene sentido, ya que no hay en el país ninguna empresa eléctrica que no sea del gobierno”.
¡Mucho cuidado!, advierte. En el Gobierno hay gente que está pensando que la manera de salvarse es provocando la suspensión de las elecciones.
Tengo información de que se ha discutido producir un gran acontecimiento, por ejemplo, un apagón de varias horas a nivel nacional, sobre la base del cual justificar un Estado de Excepción para suspender las elecciones.
No hay ninguna excusa para suspender las elecciones municipales. Y el Gobierno que lo piense muy bien, porque como van las cosas -y no es que uno lo desee- quisiéramos que la economía se enderezara, porque nosotros vivimos aquí; pero, con lo que ellos están haciendo y dejando de hacer, no se va a enderezar. Ningún momento será mejor que éste en el futuro.
Unidad con la mayor fortaleza
Considera que los candidatos de la Unidad van a obtener el mayor voto popular en conjunto que los aspirantes del oficialismo. La mayor parte de la población quedará gobernada por alcaldes de la Unidad.
Actualmente tenemos 50 alcaldías de las 335. Vamos a aumentar sensiblemente el número de alcaldías y el número de concejales. Eso significa que será mayor nuestra responsabilidad con la gente.
“Nuestro equipo técnico municipal está dirigido por un larense, Carlos Mascareño, quien coordina el trabajo con los candidatos de todos los municipios.Se ha producido un documento sobre la política municipal, pero atendiendo las prioridades de cada municipio. Nosotros aspiramos a que esa responsabilidad se pueda sentir inmediatamente a la llegada de nuestros alcaldes. Que se sienta que hay otra orientación; otra idea de la ciudad”.
Reconoce que de un día para el otro no se producirán milagros pero sí se sentirá el trabajo de los candidatos ya en ejercicio de sus funciones.
Es la oportunidad de demostrar que el país puede funcionar distinto.
Gobierna una junta cívico-militar
Por otra parte, Aveledo observa que aun cuando Maduro ostenta la figura de jefe del Ejecutivo Nacional, la verdad es que el país está gobernado por una junta cívico militar, lo cual es inconstitucional, que responde al diseño cubano.
La política desde la juventud
Ramón Guillermo Aveledo vino al mundo en la Clínica Acosta Ortiz, de esta ciudad.
Su padre, Guillermo Tell Aveledo era caraqueño y como adeco fue enviado a Barquisimeto, a raíz de la revolución de octubre del 45, en calidad de delegado del Instituto Técnico de Inmigración y Colonización (ITIC), el cual se ocupaba de traer y colocar a extranjeros en diversas partes del país, como ocurrió en las colonias de Turén y Cuara. Aquí se casó con Adela Orozco Meleán, cabudareña, hija de Enrique y Adela, comerciante y hacendado aquel y ama de casa ésta.
Estudió la primaria en parte en el Instituto Educacional Venezuela y en el Colegio La Salle. En éste siguió bachillerato hasta tercer año y luego en el Lisandro Alvarado, cuyo padrino de promoción fue el poeta Rafael Cadenas, exalumno de ese plantel y compañero de Manuel Caballero.
Inmediatamente se fue a Londes, para estudiar inglés. Y al regresar estudió abogacía en la Universidad Central de Venezuela. Su primer trabajo fue en el Banco Obrero, luego de presentar examen para el cargo. Después trabajaría en publicidad en la conocida firma ARS.
Confiesa que la caída de Marcos Pérez Jiménez le impresionó enormemente porque jamás se había visto una explosión de alegría en el pueblo como ese 23 de enero.
Muy joven decidió ingresar en la política y cuando se inscribe en la Juventud Revolucionaria Copeyana el secretario juvenil era Manuel Salvador Ramos. Por supuesto, el líder regional era Rafael Andrés “Pepi” Montes de Oca.
Su primera salida como dirigente, para arreglar problemas internos del partido, fue a Sanare.
“Pepi” me dio dos bolívares de viáticos hasta Quíbor, donde fui recibido por Sósimo Torres, quien me consiguió una “cola” en un camión y allá Cornelio Pérez me mandó de regreso. Sósimo me dio dos bolívares para regresar a Barquisimeto.
Los partidos políticos en ese entonces eran muy austeros y el país lo era también porque la vida era muy modesta.
La primera vez que hablé en público fue en Barrio Unión, en el sector de Los Rieles.
A Luis Herrera Campins lo conoció tempranamente porque era el diputado de Lara y tenía 16 años cuando vio por primera vez a Rafael Caldera.
Cuando se le pregunta sobre los personajes a quienes más ha admirado cita a Abdón Vivas Terán, quien fue el dirigente juvenil copeyano que planteó la sociedad comunitaria, en sentido positivo; y el desaparecido Alirio Ugarte Pelayo, quien era dirigente de Unión Republicana Democrática, pero tenía un gran arraigo en todos los sectores.
Aveledo casó con la señora Amalia Coll y de esa unión tienen dos hijas y un hijo: Valeria, quien es comunicadora social y trabaja como productora de televisión en Madrid, España; Luisa Jacinta, igualmente comunicadora social, dedicada al cine, y Guillermo Tell, politólogo.
Recuerda que muchacho vivió en la carrera 19 con la calle 34 y después en la carrera 16, entre 34 y 35. Jugó chapita como todos los muchachos. Practicó el fútbol pero ama el béisbol.