¿Donde está el partido?

En las revoluciones de carácter popular precedidas de insurrecciones  organizadas por los trabajadores y campesinos dirigidas por una elite intelectual uno de sus elementos básicos para la estructuración de la vanguardia era el partido político el cual se conformaba  esencialmente con los militantes mas abnegados y formados  para un proceso de cambio  y transformación de una sociedad  en una etapa donde los privilegios  propios de un sector minoritario para pasar a un nuevo sistema donde el socialismo permitiría  la participación y decisión de las grandes mayorías en cuestiones de gobierno. Sin embargo, a corto plazo se produjo una degeneración burocrática  en razón de que un “Jefe Único” y una pandilla de adláteres decidieron hacerse voz del pueblo para eliminar la democracia dentro de la organización partidista cuya estructura constituía el gran sustento para el Poder del pueblo. Así hemos conocido como la Rusia Soviética y la China por esta vía se convirtieron en sistemas criminales  contra toda ética u oposición de izquierda ante sus desviaciones totalitarias lo que significo millones de muertos muchos de ellos ajenos al deseo de destruir el socialismo sino todo lo contrario.
Estas experiencias, sin embargo por ignorancia soberbia o espíritu dictatorial no hacen mella en quienes en este siglo XXI han asumido la continuación de una transformación de la sociedad bajo esas banderas y han repetido al caletre hasta la fecha los métodos inescrupulosos de lo peor del pasado socialista para empezar por secuestrar la voluntad popular dentro del Partido al cual le han dado el carácter excluyente de único no por sus objetivos socio-económicos sino por el deseo de dominarlo todo como en efecto ocurre como quedo demostrado en la postulación para alcaldías y concejos municipales a dedo del cogollo marginando a militantes  con todos los requisitos para el cargo pero no sumisos  a los intereses de la burocracia  y el burocratismo siendo esto la excusa silente para ser marginados.
En la practica el partido para la discusión, dirección y la postulación de sus dirigentes  no existe sino como parapeto organizativo donde se aprueban las actividades de una cúpula militar-cívica en concordancia con factores económicos de la lumpenburguesía de nuevo cuño a la cual sirven estas decisiones encubiertas en medidas revolucionarias socialistas. El Partido no le sirve al pueblo ni siquiera a sus militantes solo a la elite. Razón existe para preguntarse cuando ocurre todo este desastre con énfasis en la economía y la seguridad ciudadana: ¿Donde este el Partido del Pueblo y su Revolución?