Entre anéndotas y el frescor de una cálida mañana caroreña transcurrió la entrevista con los familiares del maestro Alirio Díaz en ocasión del decimoséptimo Concurso Internacional de Guitarra que cada dos años se apropia de la capital torrense y sus alrededores.
Si bien, se trata de un evento bienal, los 90 años del maestro, fueron motivo suficiente para que el Ministerio de la Cultura aprobará una edición especial, la cual honra significativamente la vida, obra y legado del músico.
Y es que Díaz con su guitarra le dio la vuelta al mundo. Con su compañera fiel difundió y universalizó el repertorio venezolano y latinoamericano.
Su sobrina Virgina nos contó que una vez llamó a casa del maestro para saber cómo estaba y al enterarse que se encontraba solo le dijo: ¡tío pero usted está solo! y él le respondió: claro que no, estoy con mi guitarra.
El concurso
Carora, cuna de creadores, se convierte en epicentro de la música porque los más grandes guitarristas del mundo se dan cita en el certamen. El concurso, es el pretexto perfecto para reencontrarse y capitalizar los más exigentes repertorios.
María Isabel Díaz, hija del maestro y directora general de la Fundación Alirio Díaz, destacó el altísimo nivel exigido por el jurado y que al mismo tiempo, demanda la competición, tanto en la ejecución como en la interpretación. La técnica es también minuciosamente evaluada.
“El repertorio está íntimamente relacionado con el legado del maestro. Se trata de obras que exigen un nivel de madurez de parte de los participantes por lo cual la mayoría de las veces la afluencia no es masiva. Las ejecuciones deben responder a la trayectoria del maestro y al valor de los premios”.
El primero, segundo y tercer lugar reciben 10 mil, cinco mil y tres mil dólares respectivamente.
«Ganar este concurso es garantía de una trayectoria exitosa a nivel guitarrístico», sostuvo Díaz, quien precisó que desde que el concurso llegó a Carora se han realizado seis ediciones.
Cada evento ha reunido al menos una docena de guitarristas. En esta ocasión hay participantes de México, Chile, Bolivia y Venezuela. Los organizadores esperan por un canadiense y dos africanos de la escuela de Ghana.
El jurado
El jurado es de carácter internacional y nacional. En el primer renglón se encuentran Oscar Ghiglia, quien fue alumno del maestro Alirio Díaz y asistente de Andrés Segovia; Pavel Steidl, guitarrista de la República Checa y Víctor Pellegrini, ganador del concurso en el año 1979.
“A veces los premios se declaran desiertos porque la calidad no da. No es que no se quiera otorgar, lo que no se quiere es desacreditar el nombre del maestro Alirio Díaz, ni su trayectoria ni su legado”.
El jurado nacional lo integran Luis Ochoa, quien ganó el año pasado el concurso de composición Michele Pittaluga en Italia y Efraín Silva, reconocido intérprete y compositor.
«El concurso divulga la música venezolana compuesta para guitarra, ampliando el repertorio a escala mundial», añadió la coordinadora.
La Asociación Civil Alirio Díaz entrega los premios gracias al apoyo de los auspiciantes.
Retrospectiva
Fernando Briceño Álvarez, curador de la muestra Retrospectiva de un encuentro a seis cuerdas que se inaugurará el sábado 9 de noviembre, nos hizo voltear la mirada al origen del concurso, único sobreviviente de un sinfín de eventos similares que desaparecieron en 1999.
“El concurso se origina a partir de todo un proceso de formación que el maestro realiza en Europa. Desde el momento en que asiste a los cursos de verano en Siena se forma en él la inquietud de darle a su país un espacio en el que la formación musical para los guitarristas sea de alto nivel y donde se encuentren los intérpretes del mundo en un evento en el que concursen y muestren el desarrollo que ha tenido la guitarra a lo largo del siglo XX”.
Este hecho se cristalizó en 1966 cuando la Universidad Central de Venezuela decide hacer el primer curso y concurso internacional de guitarra. Se realizó por cuatro ediciones, hasta 1969. Se truncó por los problemas políticos.
Posteriormente, el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (Inciba) retoma la idea del concurso y crea el primer concurso internacional de guitarra Alirio Díaz bajo la tutela de la Fundación Vicente Emilio Sojo.
Esa primera etapa del concurso transcurre entre 1975 y 1990 con la coorganización del maestro Alirio Díaz. Se suscitan ocho ediciones.
La segunda etapa, del 94 al 98, el instituto Sojo hace un trabajo de coauspicio con el proyecto cultural Mavesa, realizándose desde la novena a la decimoprimera edición. A partir del año 2000, Carora es sede del concurso por una petición del maestro Alirio Díaz.
“El concurso ha convertido a Venezuela en un referente guitarrístico mundial porque ha reunido a las más estelares figuras de la guitarra del siglo XX. Ha proyectado la obra de Heitor Villa-Lobos de Brasil, Antonio Lauro, Rodrigo Riera, entre otros”.
Carora vive el festín
El afecto que la ciudad ha tomado por el concurso es inconmensurable. Desde la primera edición caroreña, las instituciones educativas lo viven de forma extraordinaria.
Los alumnos de las diversas escuelas tienen como objetivo estudiar la vida del maestro por orden de la Dirección Municipal de Educación.
Igualmente, los planteles abrigarán una lectura pública y un acto cultural el 12 de noviembre por el natalicio del maestro Alirio Díaz. “Carora ha hecho suyo al maestro y por ende al concurso, además no podemos olvidar que quien siembra cosecha. Él sembró el amor por su tierra y por su gente y hoy recoge esos frutos”, expresó Briceño.
Expresiones de amor
“Es una alegría íntimamente desbordada, profunda, que me llena de un orgullo indescriptible. Tener a mi padre vivo, verlo llegar a los 90 años con ese amor que todo el mundo le profesa, no tiene palabras. Me siento realmente afortunada. Él es un genio en su género”, dijo su hija.
Mi padre, dijo, también es conocido por la destreza de su pluma. Escribió Al divisar el humo de mi aldea nativa y Música en la vida y lucha del pueblo venezolano”.
Díaz recordó que su papá, en un momento determinado de su vida, tuvo dudas entre ser periodista o músico, entonces, Don Chío le dijo “tú vas a estudiar música porque eso es lo tuyo, así que te vas a Trujillo”.
Fuente de inspiración
Cecilia Salazar Díaz, es la única hembra de los nueve nietos que tiene el maestro.
“Mi abuelo es fuente de inspiración. Siempre ha estado presente, a través de todo ese amor que me ha transmitido. Todos mis pasos como profesional tienen mucho que ver con la constancia y perseverancia que ha forjado en mi vida”.
Potencia los valores
Fernando Briceño citó al escritor Luis Alberto Crespo y a Lorenzo Camejo, director artístico del concurso, para expresar cómo vive este gran acontencimiento.
“Crespo acertó, cuando dijo al referirse al maestro, -ser universal estudiando la aldea-. El sentido nacionalista de Díaz no tiene pretenciones de determinismo geográfico. Todo lo contrario, pretende mostrar que el hombre es uno solo viva donde viva y, que desde esas particularidades de su aldea, hay en él la esencia de todo hombre”.
“Camejo dice que la organización de este concurso es una organización familiar y, ciertamente es así, no sólo porque está involucrada toda la familia del maestro, sino que como núcleo familiar potencia la ética y los valores de lo que significa ser venezolano, latinoamericano y ciudadano del mundo. Sin mencionar que está por estudiarse el importantísimo legado literario de Díaz, tan valioso para nuestro país”.