El llamado Peñón, al norte de Humocaro Bajo, ha sido considerado por los deportistas como el mejor escenario para la práctica del parapente, como lo han demostrado en varias oportunidades.
Lamentablemente la montaña se encuentra en la actualidad cercada por un particular que le considera de su propiedad y por lo tanto priva a los extraños de su utilización.
Además de sus condiciones para el parapente, El Peñón es el mejor mirador de que disponen los habitantes de Humocaro Bajo para disfrutar del extraordinario paisaje que desde lo alto se divisa.
Para José Gregrorio Colmenares, de la asociación Amigos de Humocaro Bajo, en formación, ese sitio representa un atractivo para el desarrollo turístico de la parroquia y por lo tanto están iniciando una campaña con el fin de que algún organismo como el Ministerio del Ambiente, le declare parque nacional y pueda ser disfrutado por habitantes y visitantes.
Colmenares, igual que sus compañeros de la asociación, están empeñados en convertir a la población en un polo turístico del estado Lara, resaltando los recursos naturales de que dispone, además de algunas construcciones antiguas que aún subsisten.
Se refería a las casas coloniales existentes en los alrededores de la plaza Bolívar, así como también la recuperación de esta.
Citó los yacimientos arqueológicos en la zona conocida como Sabilar donde existía un museo pero a raíz del traslado de la maestra que le mantenía, desapareció.
También está el museo de las tradiciones Emilia Rosa de Gil para el que exigió mayor atención por parte de la gobernación, principalmente con la dotación de personal que ayude a Santos Vargas y Carmen de Vargas en su conservación.
Gracias al esfuerzo desinteresado de la pareja de ancianos, el museo no ha cerrado sus puertas a quienes acuden interesados en observar objetos antiguos.
Otro de los amigos de Humocaro Bajo es Pedro García, el conocido “Tralalá”, quien pidió mantenimiento para el balneario El Rosario, ubicado en la entrada, donde cae el agua procedente de la montaña.
Allí existe una laguna construida durante el mandato de Asterio Pérez como alcalde a la que asisten a diario, sobre todo los fines de semana, jóvenes y adultos para disfrutar de sus aguas.
García considera necesario algunas mejoras, como baños para cambiarse, un tobogán, un local donde expendan bebidas y comidas y sobre todo vigilancia policial o de la Guardia Nacional para que los visitantes se sientan seguros.
“Y que arreglen las calles que se encuentran deterioradas con huecos y zanjas cada vez más grandes, y especialmente la vía de salida donde hace años se produjo un derrumbe y parte de la montaña ocupa la carretera”, afirmó.
Responsabiliza por esta irregularidad a la alcaldía de Morán desde donde nunca se han preocupado por retirar las toneladas de tierra y rocas que cubren la arteria vial dejando solo un canal para el desplazamienhto de los vehículos.