La Venezuela del fallecido presidente Hugo Chávez era uno de los seis «objetivos duraderos» de espionaje de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en 2007, informó el diario The New York Times.
En un extenso análisis de documentos obtenidos por el exanalista Edward Snowden y compartidos con el periódico neoyorquino y el inglés The Guardian, el diario intentó mostrar el amplio alcance de la vigilancia que ha molestado a aliados de Washington como Brasil y Alemania, consultó este lunes la AFP.
La agencia -con un presupuesto anual de 10.800 millones de dólares y 35.000 trabajadores- está sumergida en una controversia internacional por las denuncias de espionaje a líderes de países aliados de Estados Unidos y organizaciones internacionales como la ONU y la Unión Europea.
Los seis «objetivos duraderos» de la agencia en 2007 incluían a China, Corea del Norte, Irak, Irán, Venezuela y Rusia, según una lista oficial, reportó el diario.
Chávez (1999-2013), fallecido en abril pasado, acusó por años a Washington de buscar intervenir en los asuntos internos de Venezuela y financiar a la oposición, especialmente durante la presidencia de George W. Bush (2000-2008).
«Estados Unidos se veía a sí mismo en una competencia por influencia en América Latina con el entonces líder de Venezuela (…) y uno de los objetivos de la agencia era ‘impedirle a Venezuela lograr sus objetivos de liderazgo regional y seguir políticas que impactaran negativamente los intereses globales de Estados Unidos'», según el artículo.
Un vistazo a lo que eso significó en la práctica está incluido en una presentación de PowerPoint de agosto de 2010 que detallaba información sobre la economía venezolana.
La NSA monitoreaba miles de millones de dólares que entraban a Venezuela provenientes de créditos de sus aliados China, Rusia e Irán, señaló el texto.
Pero también interceptó los correos electrónicos oficiales y personales de los «diez principales funcionarios económicos» de Venezuela, según The New York Times.
«Un funcionario de la NSA en Texas, en otras palabras, era pagado diariamente para revisar los mensajes privados de oscuros burócratas venezolanos, buscando información que pudiera dar algún tipo de ventaja política», añadió.
El sábado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, llamó a «liberar» a la región de Twitter, tras denunciar el pasado jueves que su cuenta, la de ministros y otras 6.600 habían sido atacadas como parte de un plan contra su gobierno.