Enlace Gutiérrez-Yépez
El deporte también sirve de excusa para el amor
Durante más de un quinquenio Gabriela Gutiérrez y Juan Carlos Yépez, han recorrido el camino del amor en un noviazgo que los acercó e hizo madurar poco a poco en su unión. Fue con mucha tolerencia, comprensión y respeto, que consiguieron fortalecer sus lazos, hasta llegado el momento en el que decidieron recibir la bendición del hombre y de Dios en la tierra.
El sentimiento nació y se fue alimentando cada día más de muchas vivencias, y está cercanía entre ellos provocó que llegarán a disfrutar juntos de aficiones, que en otros casos pueden ser motivo de desacuerdos, como lo es la fuerte pasión por el deporte. Pero esta joven pareja descubrió la fórmula para formar un buen equipo, y crearon una dupla inseparable de jugador y cheerleader.
Este gentil caballero adepto al softbol y su hermosa fans número uno, se unieron en matrimonio en una espiritual ceremonia, en la iglesia María Auxiliadora de la ciudad de Barquisimeto. La elegante novia lució regia, con un impecable vestido blanco de corset en la parte superior, que dejaba al descubierto sus hombros, y que coquetamente junto al sutil recogido de su cabello, permitían darle protagonismo a su rostro angelical.
Al caer la noche, estaba todo preparada en la recepción para celebrar el enlace, y los invitados se encontraban ansiosos por recibir a los recién casados. El salón se llenó de luz cuando los ahora esposos entraron al lugar, y en ese sublime instante comenzó a sonar el vals, dando paso al primer baile oficial de la pareja.
Sorpresivamente la orquesta empezó a tocar, el tema Tú de qué vas del cantante Franco de Vita, un regalo que preparará la novia para su actual esposo, un romántico momento en el que juntos cantaron y bailaron la sentimental canción. Posteriormente el padre de Gabriela, dirigió el brindis para festejar la unión, y como un gesto simpático y de bienvenida a la familia, mencionó que partir de estas navidades su nuero, podrá participar en el tradicional intercambio que realizan los Gutiérrez, en la época decembrina.
Aura Marina Rodríguez
Fotos: Antonio Barbiero