Una gran nube gris, en horas de la tarde de ayer, preocupó a más de un larense, pues cada vez que cae una lluvia, todo colapsa.
Efectivamente, luego de la 1:45 de la tarde inició una precipitación constante. Minutos después, se intensificó el aguacero generando un caos en el noreste y este de la ciudad de Barquisimeto.
Al noreste, en el sector El Ujano 1, dos familias quedaron damnificadas. Otras zonas que resultaron afectadas fueron El Ujano, Tierra Negra, Las Clavellinas, La Tomatera, Indio Manaure y La Arboleda.
Por su parte, en el este de la ciudad de Barquisimeto, las viviendas de la urbanización Fundalara resultaron perjudicadas, pues el agua proveniente del colapso de las quebradas y drenajes causó malestar en los habitantes.
La avenida Lara con Bracamonte, diagonal al Banco de Venezuela se convirtió, prácticamente, en una “piscina”. Cada conductor que intentaba pasar en su vehículo, era un verdadero milagro. Muchos de ellos se quedaron atrapados y afortunadamente, personas de buena voluntad, prestaron su ayuda con camionetas 4×4 para sacarlos y colocarlos en un sitio seguro.
También en la avenida Los Leones, ingresando a la avenida Lara, a unos cuantos metros de la entrada de la Policlínica de Barquisimeto, el manto de agua sobrepasaba la acera y más de una persona caminaba con el agua a la altura de las rodillas.
Asimismo, hubo carros que fueron arrastrados por la corriente del agua. Algunos de sus propietarios se sintieron angustiados por la situación. Por fortuna, no hubo pérdidas humanas.
Drenajes no funcionaron ante el aguacero
Agua y fuertes crecientes dejó la tarde de este jueves una intensa precipitación que se prolongó aproximadamente una hora y rebasó la capacidad de escurrimiento de los sistemas de drenajes instalados en la ciudad.
Todo transcurría con normalidad en la zona comercial, sectores populares y urbanizaciones hasta pasadas las dos de la tarde cuando una espesa nube ennegrecida posada sobre Barquisimeto vertió su abundante contenido hídrico hasta la superficie de la capital larense. No se hicieron esperar de inmediato inundaciones de calles, vehículos atrapados dentro de grandes lagunas, caídas de árboles y de cableado de tendido eléctrico, así como algunos locales comerciales del centro de Barquisimeto bajo las aguas.
El tránsito automotor redujo al mínimo la velocidad de sus máquinas evitando un accidente, lo cual desencadenó colas en el entramado vial, y la desesperación de conductores al no poder avanzar más rápido para llegar a sus destinos, impedidos por el aguacero.
Los efectos adversos de esta lluvia no corresponden al fenómeno propiamente natural, sino a la vulnerabilidad, cada día en crecimiento, que se suscita por la falta de un adecuado y preventivo mantenimiento de alcantarillas y drenajes, a la falta de planificación de construcción de nuevas de estas estructuras para impedir este tipo de hechos que ponen en situación de riesgo la vida de las personas y de los bienes que les pertenecen.
La ciudad colapsó y sus periferias no soportaron esta lluvia, similar a anteriores oportunidades.
Una importante cantidad de drenajes tapados transformaron a Barquisimeto en un enorme río, en cuyas aguas naufragó la ineficacia del poder municipal, responsable de la supervisión y funcionabilidad óptima de este servicio, tan necesario para la recolección de las precipitaciones, sin que ocasionen daños.
La prevención pareciera no ser el norte de las autoridades de la administración pública municipal, llamadas a convertir a la ciudad en un lugar con quebradas limpias y desagües desprovistos de basura, mediante una labor de seguimiento oportuno de los mismos.
Centro inundado
La zona centro de la ciudad experimentó una vez más las consecuencias de las lluvias.
Quedó evidente en el Centro Comercial Socialista Barquisimeto 2, en la carrera 19 entre calles 28 y 29, donde el agua se introdujo y perjudicó las áreas de venta.
Carlos Valecillos, presidente de la junta de condominio de este punto económico, indicó que el agua superó el nivel de la acera de la carrera 19, entró al centro comercial y perjudicó a casi trescientos locales de la planta baja.
Dijo que sin ser ingeniero civil, sabe que este problema se solventa con la construcción de un drenaje en la carrera 19 que le facilite salida al agua de lluvia, de manera que no suba y se meta, como ocurrió este jueves.
Los vendedores cerraron forzosamente más temprano para sacar el agua de sus negocios, lo que les generó importantes pérdidas económicas, difíciles de recuperar.
Cicpc afectado
La subdelegación Barquisimeto del Cicpc resultó afectada con el aguacero, debido a que al frente de esta sede se formó una gigantesca laguna, que abarcó los cuatro canales de la calle.
La situación dejó bajo las aguas a dos vehículos particulares estacionados en el lugar, antes de la precipitación, conducidos por damas, quienes finalmente recibieron auxilio de colaboradores y lograron sacar sus automóviles, los cuales tenían agua en el área de los pedales y del copiloto.
Las áreas internas del Cicpc no fueron golpeadas.
La Catedral de Barquisimeto se constituyó en otra estructura inundada por enésima vez, lo cual afectó por momentos las actividades programadas para los feligreses.
La calle 37 entre carreras 28 y 29 también recibió los efectos de la lluvia, al quedar bajo aguas estancadas.
Transitar en carro por dicho lugar, o cruzarla a pie, se hizo prácticamente imposible.
