Artículo dedicado al Señor Claudio Miguel González (mi papá) quien el día de hoy, 30 de Octubre, está cumpliendo 93 años, y a la Sra. (hermana en Cristo) Panchita Puertas de Rivero, quien cumplió 100 años, el pasado 04 de Octubre y desde temprana edad ha sido una fiel miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ¡Que Dios bendiga a todos los cumpleañeros del año 2013!
Hay unos versículos bíblicos que señalan que habrá un: “Cielo nuevo y un tierra nueva” (Isaías 65:17; Apocalipsis 21:1) y también leemos: “Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles (en el cielo) (Lamentaciones 4:1); y “ante el trono había como un mar de vidrio semejante al cristal…” (Apocalipsis 4:6).
Otros escritores, del Libro Sagrado, confirman que Dios (Padre) y Jesús (su Hijo), están preparando un lugar especial para todos nosotros (ver Juan 14:1-3); eso nos asegura que hay un sitio en el universo maravilloso, diseñado por un Dios de amor.
Dichos versos se refieren a una re-fundación de la eternidad. Por ello, referimos a los cumpleañeros longevos, porque nos hacen entender lo que significa cumplir tantos años, bajo la bendición, o aprobación del Todopoderoso. Sin embargo, los supervivientes de esta tierra han sorteado: Alegrías, tristezas, penurias, enfermedades y de seguro también han visto varios ratos de paz y felicidad. En contraposición, en la eternidad todo será felicidad.
Dada esta información nos preguntamos: ¿Será que se puede vivir tranquilo en algún lugar del planeta? La respuesta es: Si. Aunque la situación mundial indica que no hay paz o tranquilidad en numerosos países, mi papá y quien escribe, hace algunos días tuvimos la bendición de estar en uno de eso lugares apacibles, y estamos convencidos que otros han saboreado esa misma sensación.
Es cierto, que en nuestra nación podrá haber sitios así, pero es oportuno si hacemos una pregunta: ¿Le gustaría vivir o pasar un rato en un sitio donde: Se pueda dormir, prácticamente, con la puerta abierta de la casa, donde haya alimentos, agua, electricidad, ropa, tierras, trabajo, seguridad, dinero, orden, o justicia?
Todo el año, hay pasajeros para todas partes del mundo, y quien escribe ha tenido la oportunidad de ir a los Estados Unidos, a pesar que hay personas que le hablan muy mal a dicha nación.
Al salir, lo hacemos con moderado sacrificio. Repetimos, tan solo por la bendición de Dios. Y, en diferentes oportunidades hemos conocimos algo de Washington State, Míchigan y Chicago.
Por razones de espacio, solo mencionaremos algunas situaciones que observamos por ejemplo en Michigan: 1) Todas las casas tiene servicio postal (caja o buzón) y allí dejan desde una carta, hasta cajas debajo del buzón (casi todo se maneja vía correo). En nuestro país, Venezuela, ¿Cuánto tiempo duraría una carta o una encomienda en su lugar? Esto lo decimos con consideración y sin querer ofender a los honrados y honestos de nuestra patria. 2) Hay respeto por el bien ajeno, sean casa, enseres, herramientas o vehículos y se quedan en la calle sin el peligro que alguien se lleve algo de eso. 3) El tránsito, el orden y la justicia son una prioridad.
Apoyados en artículo de publicación anterior: “Tenemos patria” (EL IMPULSO, 23/10/13, p.A2), y aunque nuestra percepción sea muy particular, nadie puede negar que hay sitios en el mundo donde se vive muy diferente que en Venezuela, sin dejar de apreciar o querer lo nuestro.
Aunque el planteamiento fuese algo desmedido, la Biblia habla que habrá un “cielo nuevo” y todo será armonía, felicidad, sin lágrimas, ni llanto, ni dolor, porque todo habrá pasado. Y completa Isaías 65:17, “…y de lo primero no habrá más memoria, ni más vendrá al pensamiento”.
Por su parte, la escritora Elena de White señala: “Nuestro precioso Salvador se cansó recorriendo los caminos arenosos de la antigua Palestina para que nosotros pudiéramos caminar con pies infatigables las calles de oro de la Nueva Jerusalén” (Exaltad a Jesús, p.6).
Viajar en la tierra para encontrar lugares apacibles y seguros, cuesta mucho dinero. En cambio para ir al cielo es gratuito; tan solo debemos aceptar la invitación divina y disfrutaremos del mejor lugar del universo para vivir: El cielo.
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