“La fortaleza de la adversidad”
“Tengo un cuerpo que sube montañas y corre maratones.
Una mente que va más allá de sus propios límites y…
Un corazón en el que caben los sueños de un país entero.”
Maickel Melamed
Maickel Melamed nació bajo un estado de hipotonía general que le negaba las posibilidades de movimiento. Hoy, pasadas ya casi cuatro décadas de la emisión de aquel fatídico diagnóstico, más allá de las palabras, se hace cada vez más evidente la realidad de hacer acción su discurso sobre la importancia de vislumbrar, siempre, un futuro promisorio sin importar las limitaciones.
Cuando culminó el recorrido del Maratón de Nueva York, mientras era aplaudido por centenares de personas que esperaron su llegada, “El Atleta de los Atletas”, como lo ha denominado la prensa internacional, exclamó: “Este logro lo comparto con todos aquellos que creen , sueñan y van en busca de sus sueños.” Había hecho el recorrido en quince horas, veintidós minutos, y tres segundos. En aquella gesta deportiva estuvo signado con el número 57.963.
Entrenó seis días a la semana durante el lapso de dos años y medio para lograr participar en el maratón internacional que se celebra en la capital comercial de los Estados Unidos. Aseveró que “no sintió temor alguno durante el recorrido. Era necesaria la fuerza muscular, velocidad, técnica, hidratación y cada uno de los complementos que prepararon su cuerpo para lo que pudiera haber ocurrido.”
En el año 2.006, Maickel Melamed hizo cumbre en el Pico Bolívar; superó los cinco mil metros de altura del glacial más alto de Venezuela, después de vencer un cuadro de deshidratación y otro de hipotermia.
Se trata de un ser humano excepcional, un hombre que a pesar de sus limitaciones físicas, además de ser maratonista y escalador es un buen profesional de las ciencias económicas, psicoterapeuta Gestalt, y coach empresarial; realmente no es un ser común.
Maickel ha comentado que “tiene muchos sueños, deseos y anhelos pero… una cosa a la vez”. A lo cual agregaría, emulando un sketch publicitario: “Mientras algunos sueñan, Melamed se mantiene despierto y hace realidad los suyos.”
Dice sentir el compromiso de gritarle a quien quiera oírle que: “Nada es tan grande como para no intentarlo. Si lo sueñas, haz que pase porque no podemos esperar que la vida haga las cosas por nosotros, hay que ir en busca de lo que queremos.” Añade que, “descubrió que tiene un mensaje que aportar y que ese es su estilo de vida.”
Sus padres le enseñaron a no sentirse una persona especial y a entender el verdadero valor del trabajo en equipo. Nunca le trataron con minusvalía. En su hogar hubo optimismo, pero también exigencias. Agradecido exclama que le colmaron de amor; sentimiento que en definitiva es la esencia de su vida. Con satisfacción plena expresa que “el amor corre por sus venas y lo regala sin mezquindad. Que tenemos que probarnos para asegurar que tenemos ciertos límites y que, lo bueno de este examen es que cuando llegamos al límite, nos encontramos con un nuevo punto de partida… otra razón para continuar”.
Melamed está impregnando el papel con la tinta guiada por sus ideas y experiencias; el último texto que publicó es un mensaje para los niños, con invalorables características…
Tomo literalmente las palabras de la fuente: Coreen Villalobos Mundo, en su excelente artículo publicado en la revista A la Carta- Hábitat 1 / 2.012. Pág. 41, cuando expresa: “En momentos cuando el país se sume en la incertidumbre ocasionada, entre otras causas, por la pérdida de valores, surgen ejemplo como éste…
La Red de Instituciones Larenses manifiesta su solidaridad para con la Junta Directiva y con el personal del diario “El Impulso” ante la inesperada “visita” del Indepabis, el día viernes en horas de la tarde. Por el despliegue numérico de los funcionarios que realizaron la inspección, se puede suponer que fue una demostración de poder gubernamental ante la cual se comprobó que si tuvo “un” lado positivo; lleno por doquier de honestidad, integridad y de la dignidad que otorga el saber hacer bien las cosas.
“El Impulso” galopa en el tiempo hacia sus ciento diez años después de haber pasado por muchas adversidades; incluso prisión y un cierre durante la dictadura de Gómez. Es un ejemplo de lucha, constancia y sacrificio. El decano de la prensa nacional, la universidad de los comunicadores sociales, ha salido airoso de cuanto ataque se ha realizado en su contra.
“Es la satisfacción que da el deber cumplido.”
