José Gregorio Martín confiesa su ingreso a la política: La ignorancia me ha dado éxito

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José Gregorio Martín, candidato a la Alcaldía del municipio Jiménez por la Mesa de la Unidad Democrática, ha incursionado en la política sin habérselo propuesto, ya que fue María Antonieta Peña, afecta al chavismo, quien un buen día se le acercó y le dijo:

-Martín, queremos que seas nuestro alcalde.

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-¡Estás loca!, le respondí. Yo no estoy buscando ese trabajo.
Pero, María Antonieta Peña no se dio por vencida y volvió día tras día, cada vez con más personas, para animarlo.

Mira, insistió, vienen las primarias de la oposición y queremos que participes.

Esa propuesta me hizo desternillarme de la risa. Le saqué el cuerpo a ese tipo de conversaciones cuantas veces pude, porque nunca había pensado en meterme a la política. Pero, tanta insistencia, me llevó a pensar en inscribirme, pero debía tener una tarjeta para ser candidato. Nada sabía de lo que llamaban maquinaria política.

Y cuando busqué apoyo en los partidos, me esquivaron. Sólo Voluntad Popular tuvo la buena intención. En 90 días hice la campaña, caminando por barrios y caseríos. Y gané. El éxito fue la ignorancia que tenía en la política.

Sincero, llano, sencillo, honesto en su forma de pensar y amistoso se mostró este agricultor y empresario, de 37 años, el único varón de Benito Martín y Hermelinda de Martín, padre de cuatro hembras, quien ayer compartió el Desayuno Foro con el director de este diario, arquitecto Juan Manuel Carmona Palenzona; el jefe de Redacción, José Ángel Ocanto, y la coordinadora web, Maevy Cordero.

Milagro tras milagro

Su padre, Benito, llegó de Las Canarias a Caracas en los años cincuenta y comenzó a trabajar como caletero en el mercado de Quinta Crespo. Luego fue camionero en la ruta Caracas-Puerto  La Cruz, refiere José Gregorio. Se casó por poder con su novia, Hermelinda, y más tarde con ella se vino a Guadalupe, donde se encontraban sus hermanos Ginés y Maximino Martín, dedicados a la agricultura. Desde hace 43 años tiene un supermercado en una esquina de Quíbor.

Nací en Caracas, porque cuando mi madre tenía 37 meses de embarazo sufrió una trombosis. Fue un milagro que yo naciera y un milagro que ella se salvara, conservándose hasta ahora muy bien.

Permanente amistad

José Gregorio Martín estudió primaria en el Colegio Virgen del Valle y en el Liscano Torres. La secundaria la realizó en Nuestra Señora de Altagracia, donde sólo daban ciencias. Practicó el baloncesto.

Confiesa que fue muy unido con sus compañeros de estudios porque todos ellos estuvieron con él desde el kínder hasta terminar el bachillerato
-El director, Gonzalo Valles, siempre fue mi amigo y nunca le llamé profesor, porque nos teníamos confianza

No fue un muchacho rebelde, pero sí parrandero. Como anécdota que causa risa fue que su profesora, María Peña, lo felicitó por ser un buen lector, ya que conocía todas las obras de literatura que le habían sido recomendadas.

Pero, lo que no sabía la educadora -aunque lo supo muchos años después cuando se convirtió en su comadre- es que quien leía las obras era Raúl Rojas, conocido poeta quiboreño, quien en ese entonce sufría de insomnio.
-Yo le entregaba los libros y él me contaba todo el contenido, que me lo aprendía rápidamente.

Agricultor desde los 17 años

Manifiesta que aprendió a trabajar desde niño, porque cuando le pedía un helado a su padre, éste le exigía que antes hiciera cualquier labor, como lavar el carro.

No se queja del trato del progenitor porque eso le permitió tomarle interés por el trabajo y cuando le dio un dinero para comprar un par de zapatos para la celebración de su cumpleaños, lo que hizo fue utilizarlo en comprar ropa para venderla y sacarle algún provecho.

A los 17 años, en el sector Primero de Mayo, obtuvo su primera cosecha de cilantro en un terreno que había arrendado. Desde niño le gustó la arquitectura y comenzó a estudiar en el núcleo Barquisimeto de la Universidad Central de Venezuela, hasta el sexto semestre.

Casó con una caroreña cuando cumplió 30 años y tienen una niña, esperando que su nuevo vástago nazca el 8 de diciembre, día de las elecciones.

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