En el marco de los 150 años de la Arquidiócesis de Barquisimeto, los diáconos Ángel Eduardo Atacho Ramos, Julio Alejandro Zavarce González, Jesús Rafael García Riera y Rafael Almao Marchán, fueron ordenados como presbíteros, en un hermoso acto eclesiástico que contó con la participación de párrocos de diferentes partes del estado y aspirantes a seminaristas, algunos de los cuales conformaron la coral que recitó los cánticos en el templo.
Estos cuatro nuevos servidores, ejercerán su ministerio en bien de la comunidad y de todos los fieles, predicando la palabra de Dios.
Durante el acto, estuvieron frente al altar, cerca de familiares, amigos y compañeros seminaristas, al comienzo de la eucaristía.
Monseñor Antonio José López Castillo, aprovechó el significativo acto para recordar los Documentos de Aparecida, en especial el 191, que reflejan la identidad y la misión de los presbíteros, discípulos y misioneros de Jesús Buen Pastor.
“Valoramos y agradecemos con gozo que la inmensa mayoría de los presbíteros vivan su ministerio con fidelidad y sean modelo para los demás, que saquen tiempo para su formación permanente, que cultiven una vida espiritual que estimula a los demás presbíteros, centrada en la escucha de la Palabra de Dios y en la celebración diaria de la Eucaristía”.
Además recordó los tres desafíos de los presbíteros: la relación con la identidad teológica del ministerio presbiteral, al ministerio del presbítero inserto en la cultura actual y a los aspectos vitales y afectivos, al celibato y a una vida espiritual intensa fundada en la caridad pastoral, que se nutre en la experiencia personal con Dios y en la comunión con los hermanos.
“Esta eucaristía nos invita a darnos cuenta de que somos hombres al servicio de Dios y que de ahora en adelante pasarán a actuar en persona de Cristo, como ministros en el segundo grado del sacerdocio”.
Cada uno de estos presbíteros ya posee una asignación especial: Julio Zavarce está asignado en el Seminario Divina Pastora como vicerrector de Filosofía, mientras que Ángel Atacho está en la parroquia San Lorenzo, Jesús García se trasladará a Quíbor y Rafael Almao fue asignado a la parroquia San José Obrero de La Paz.
“Somos servidores del pueblo de Dios. Como nuevos párroco deben obedecer a la Iglesia y también cooperar con los cambios parroquiales, tomando en cuenta que la Iglesia es una comunidad que requiere un mínimo de disciplina. Deben seguir lo que dice el Magisterio y estar dispuestos a trabajar donde sea más difícil y en los lugares más lejanos”, expresó Monseñor López Castillo.