En el año 2007, el economista Anuar Saldivia Najul, adquirió una antigua casa en la carrera 18 esquina calle 21, sin imaginarse el tesoro impreso guardado dentro de una de las habitaciones.
En el inmueble, celosamente reservado en una caja de zapatos, había un lote de fotografías de la honorable familia Ponte, así como un rollo que contenía una particular imagen, envuelta en un tubo de papel.
Era sin lugar a dudas, un hallazgo patrimonial de trascendencia.
Este escenario llamó la atención del nuevo dueño de la casona que comunicó la novedad al especialista Carlos Eduardo López, presidente de la Fototeca de Barquisimeto.
Al intervenir el rollo, hallaron una pieza albuminada de dimensiones extraordinarias que anteriormente jamás habían observado.
La más grande del país
Investigadores de otras partes del país que regularmente habían visitado la Fototeca, mostraron su asombro por la dimensión de la pieza, entre las que destaca Sagrario Berti, quien reconoció en el vestigio una de las copias albuminadas más grandes que ha escudriñado en Venezuela.
Enfatiza López, aludiendo a Berti, que en la pieza se observan tres personas elegantemente vestidas, “que debieron pertenecer a un grupo social de enorme trascendencia, porque la dimensión de la fotografía estaba reservada para personalidades insignes en la sociedad”.
Opina que hacer una fotografía de esa magnitud representaba más que un esfuerzo, tanto en lo material como en lo económico.
El arduo proceso
Explica que el pliego enrollado, luego de su hallazgo fue sometido a un proceso de distensión porque estaba comprometida en un 90%.
A lo largo de 14 meses, progresivamente fueron estirando la fotografía con líquidos y baños especiales, además de láminas de acetato para garantizar su integridad, para después ser escaneada y montada.
Previamente se le hizo una serie fotográfica y restauró la imagen digital; el original permaneció incólume.
La fotografía en referencia, de un metro 10 por 80 centímetros, aparte de ser un patrimonio de gran importancia de la Fundación Fototeca de Barquisimeto, guarda según testimonio de historiadores la imagen de Candelario Ponte, su hijo Rafael María Ponte y su esposa.
Barquisimeto cuenta entonces con un patrimonio único en Venezuela, motivo de orgullo para el estado Lara, al conservarse imágenes y testimonios iconográficos de personalidades y vecinos de Barquisimeto de principios del siglo XX.
Esta fotografía de la familia Ponte, es también un patrimonio del estado Lara y está al servicio de estudiantes, investigadores y cultores
Cómo se plasmó a los Ponte
Investigaciones realizadas por la Fundación Fototeca de Barquisimeto, sobre el origen de la fotografía de la familia Ponte, en un primer momento se creyeron había sido realizada por Arturo Cordiglia, en 1886.
Más tarde, se conoció que la fecha señalada no era la correcta, sino que había sido realizada durante las primeras décadas del XX, propiamente en 1913, cuestión que en lo inmediato corrigieron para evitar malentendidos.
Carlos Eduardo López, explica que el procedimiento minucioso y engorroso, se efectuaba con papeles preparados y sensibilizados previamente con albúmina, a base de claras de huevos.
Estos se reservaban en la oscuridad, luego se les aplicaba una placa de yoduro de plata, para ser expuestas.
Primeramente se conseguía un internegativo y luego este era colocado en una suerte de ampliadora, una especie de campana que ampliaba la imagen y utilizaba la luz de sol o en otros casos, carburo para la iluminación.
Apunta que al detallarse esta magistral fotografía, se observa que hay tonos oscuros en la parte superior y diseminada a los lados de las imágenes, debido a que la distribución de la luz, a través de las citadas campanas, era bastante irregular y no permitía la repartición uniforme, lo que obligaba al fotógrafo recurrir al retoque con creyones, tinta y tiza, para reforzar los bordes y terminaciones, proporcionándole mayor carácter a la fotografía.