La Casa Blanca se rehusó el jueves a decir si Estados Unidos había espiado en el pasado las comunicaciones de la canciller alemana, Angela Merkel, en plena crisis diplomática con Berlín.
Jay Carney, portavoz del ejecutivo estadounidense, afirmó que no comentaría «acusaciones específicas que han aparecido en informes públicos» sobre este tema.
El miércoles, Carney dijo que «Estados Unidos no estaba espiando ni espiará las comunicaciones de la canciller», una afirmación que dejaba abierta la posibilidad de que tales operaciones hubieran podido ocurrir previamente.
«No tengo nada más sobre esto para ustedes», dijo a periodistas este jueves.
«Revisamos la manera en que recopilamos esta información de inteligencia para poder lograr un equilibrio entre las preocupaciones de seguridad de nuestros ciudadanos y aliados y las inquietudes de todo el mundo sobre la protección de la privacidad», explicó.
Al día siguiente de revelaciones sobre el supuesto espionaje de su teléfono por los servicios de inteligencia estadounidenses, Merkel, que reclamó la víspera al presidente Barack Obama, lanzó el jueves una severa advertencia a Washington.
«A los amigos no se los espía. Se lo dije a (Barack) Obama en su visita a Berlín y se lo dije nuevamente por teléfono» el miércoles, dijo Merkel.
«No se trata de mí en primer lugar, se trata de todos los ciudadanos. Necesitamos confianza entre socios y esta confianza se tiene que reconstruir», sostuvo.
Las revelaciones sobre el espionaje estadounidense dominaban el primer día de la cumbre europea. La canciller alemana tiene previsto reunirse con el presidente francés, François Hollande, con la intención de pedir cuentas a Estados Unidos.