Durante el foro Democracia e información ciudadana, realizado ayer en la Universidad Fermín Toro, de esta ciudad, el padre Wilfredo González, director de la revista SIC, editada por el Centro Gumilla en Caracas, expresó que en esa publicación, que está celebrando 75 años, “nunca somos totalmente objetivos”.
Carga subjetiva
Siempre hay una carga subjetiva, pero nos sentimos contentos porque el producto final es escaparnos de la trampa de la polarización y hacer posible, en lo que podamos, objetivar los problemas del país en nuestros análisis.
Asistieron a este foro estudiantes de Comunicación social y muchas personas interesadas en el tema.
Exposición de ideas
En la revista se exponen las ideas que cada colaborador tiene sobre determinado aspecto, explicó. La práctica nos ha llevado a ver las cosas más allá del horizonte.
–¿Cómo la Compañia de Jesús se ocupa de la religiosidad dentro de la línea editorial?, le preguntó una periodista.
-En el término de los que son confesionalmente cristianos, porque es importante este compromiso con la realidad del país, obliga a pensar en Venezuela.
Seres pensantes
Una persona que entra al consejo de redacción muy católico o sin ninguna creencia, por cuanto los hay, por su vinculación con los sectores populares, se le exige ser pensante. Los curas celebramos misas los domingos en sitios muy interesantes y complejos, muy dolorosos muchos de ellos. Ese ingrediente es altamente positivo. Y para los que no son de ninguna confesión religiosa, también, porque se encuentran con personas creyentes que desde su fe apuestan por entender que es necesario estudiar, analizar.
Dos maneras de entendernos
Ese intercambio de dos maneras de entendernos es muy importante. En el fondo hay una gran épica que no tiene nada que ver con que alguien sea confesionalmente cristiano o no; pero el llamado profundo, ético, moral, e interpelación de las grandes mayorías, funciona. Lo mínimo que se puede esperar de un cristiano es que se haga cargo del prójimo. Y si no es cristiano, es una persona éticamente llamada a responder a los retos que plantea la realidad. Ahí nos juntamos y, desde luego, ha sido enriquecedor.
No existen trabas
Nunca ha sido una traba las confesiones religiosas, la diversidad de posiciones. Hay ateos que se sienten muy cómodos en el trabajo con nosotros, en Gumilla, y en particular con la revista porque tiene que ver con los demás.
El padre González afirmó que SIC ha significado un esfuerzo compartido con muchas personas. Se trata de un esfuerzo alrededor de la reflexión acerca de la política y los aspectos relacionados con lo social, económico, cultural y religioso.
Conocer a Venezuela
Estos 75 años ha significado un esfuerzo profundo por conocer a Venezuela. Que lo que digamos en la revista sea lo que realmente está sucediendo. Que lo que se publica abra un horizonte más allá de los límites de los diagnósticos en una coyuntura determinada.
Levantar la mirada
Así como analizamos y mostramos los límites de una situación también estamos llamados a abrir un horizonte, a levantar la mirada, a mirar más hacia lo lejos. De manera que no estemos tan concentrados en lo inmediato que se nos olvide el futuro; pero, que no estemos imaginándonos pasados mañanas sin tener los pies en el presente y en las exigencias de la coyuntura.
Ha sido un gran hallazgo, expuso. Nos hemos encontrado con mucha gente que comparte esa tarea con nosotros. Y esa gente ha ayudado a que SIC cumpla 75 años.
El padre González es nativo de San Félix, estado Bolívar, y estudió en el colegio de la Compañía de Jesús de Puerto Ordaz y durante su noviciado estuvo en Barquisimeto, ciudad que le encantó, según confesó, por la cordialidad de su gente y sus costumbres.
Es impresionante la procesión de la Divina Pastora, la más grande que existe en Venezuela y esa fe que cada año se renueva, se multiplica al punto que cada vez son más los files que participan en esa demostración de veneración por la madre de nuestro Señor Jesucristo, manifestó.
Tenemos más entretenimiento que información
El licenciado Luis Carlos Díaz, coordinador de Comunicación del Centro Gumilla, de Caracas, fue el otro expositor en el foro efectuado en la Fermín Toro.
Cuando hablamos de democracia e información ciudadana, explicó, nos estamos refiriendo a la urgente necesidad que tienen los ciudadanos de estar informados constantemente, para que el sistema democrático funcione mejor.
Y decimos esto porque cuando el ciudadano está bien informado puede tomar decisiones, puede tener un mayor contexto social, político y de otras cosas que estén ocurriendo.
-¿Cómo se expresa esta realidad en Venezuela?
-Estamos en crisis. No solamente porque se han perdido espacios mediáticos o porque se han domesticado, se han neutralizado, sino también porque han ido variando.
Ahora hemos visto cómo en radio y televisión hay mucho más entretenimiento y menos información.
Esto le dificulta al ciudadano hacerse opinión de lo que ocurre en el país.
Necesitamos espacios alternativos y reforzar los que se habían perdido. Cuando habla de espacios alternativos se refiere a internet y, en general, a las redes que puede ser fundamental para construir identidades, para tener otra manera de relaciones ciudadanas.
Su exposición estuvo centrada precisamente en ese aspecto.
Las nuevas tecnologías son como cuchillos
Cuando a Luis Carlos Díaz se le pregunta sobre los aspectos positivos y negativos de las redes, que cada día tienen mayor número de seguidores en el mundo, responde que las nuevas tecnologías de la comunicación son como los cuchillos, que pueden servir para cocinar y también para agredir o matar a las personas.
Lo que está pasando en este momento es que hay un nuevo poder en manos de la gente.
Ahora la población puede estar conectada constantemente y de esa manera puede generar opinión pública y movilización.
-¿La llamada primavera árabe fue una revolución de las nuevas tecnologías?
-Lo que ocurrió en Egipto es que las redes aceleraron los procesos; pero, no los causaron.
-Pero, ¿no movilizaron a la gente?
-Los cambios los hace la gente. Lo que ocurrió es que la población estaba reprimida desde hacía mucho tiempo y no tenía democracia. De pronto empieza a tener unos medios que le permite a la gente ponerse de acuerdo para construir su propio modelo. El problema en Egipto es que la ruta para el cambio es muy larga porque sigue la represión.
