A partir de los 40 años de edad, la probabilidad de padecer esta enfermedad aumenta aproximadamente cada diez años. Cerca de la mitad de la gente de entre 60 y 80 años de edad tiene la enfermedad diverticular.
Casi todas las personas mayores de 80 años la tienen.
Hay muchas pruebas que el médico puede realizar para detectar la enfermedad diverticular.
La tomografía computarizada (“CT scan” en inglés) es la prueba que se usa más comúnmente.
El médico inyecta un líquido en una vena del brazo. Este líquido hace que los órganos se resalten mejor en las radiografías. Tal vez le pidan que beba un líquido llamado bario en lugar de aplicarle una inyección. Luego lo colocarán en una gran máquina con forma de rosquilla para tomar radiografías.
Otras maneras de detectar la enfermedad son:
Historia clínica. El médico le preguntará sobre su salud, síntomas como el dolor, sus hábitos en cuanto a las evacuaciones, dieta (lo que consume), cualquier medicina que tome.
Pruebas de sangre. Estas pruebas pueden detectar infecciones.
Muestra de heces. Esta prueba puede mostrar sangrado en el tubo digestivo.
Examen digital del recto. El médico introduce un dedo cubierto con un guante en el recto para determinar si hay dolor, sangrado o bloqueo.
Radiografía y enema de bario. El médico introduce un líquido llamado bario en el intestino grueso a través del ano. El ano es la abertura por donde las heces salen del cuerpo. El bario hace que los divertículos aparezcan en la radiografía.
Colonoscopia. El médico introduce un tubo pequeño en el ano. Una cámara diminuta situada en el tubo muestra si hay divertículos.
El tratamiento de la enfermedad diverticular depende de qué tan grave sea el problema y si usted padece diverticulosis o diverticulitis. La mayoría de la gente mejora cambiando la dieta. El consumo de alimentos con mucha fibra puede aliviar los síntomas. Algunas veces las medicinas para el dolor leve también pueden ayudar.