José Barreras, licenciado en Comunicación Social y Psicología, estuvo la mañana de ayer en la sede del diario EL IMPULSO, para participar en el Desayuno Foro, junto al arquitecto Juan Manuel Carmona, director del medio, José Ángel Ocanto, jefe de Redacción, Violeta Villar, jefa de Información, Maevy Cordero, coordinadora de la página web del periódico y quien suscribe estas líneas.
Temprano, y sin retrasos, Barreras acudió a la mesa de los desayunos mostrando su franela con la palabra “Cabudare”, que contenía los colores de lo que espera sea la imagen de la Alcaldía de Palavecino, una vez asuma esta responsabilidad, de ser electo el próximo 8 de diciembre, en las elecciones municipales.
El periodista concedió hablar de su niñez en su natal Cuba, de cómo se produjo la mudanza a tierras venezolanas y de su formación en la profesión que lo dio a conocer, así como el cumplimiento de un sueño, licenciarse en Psicología.
Posteriormente, expresó el trabajo político que lo ha llevado a ser candidato por la Unidad de la Mesa Democrática en los próximos comicios municipales. Nació el 28 de febrero de 1964, en la población de Cabaiguán de Santa Clara, en Cuba. Su abuelo, un imigrante de las Islas Canarias, en España, llegó a esta localidad de la isla caribeña como muchos españoles de la época, influencia que derivó en la cultura tabacalera que actualmente tiene la población cubana.
Debido a lo vivido en la Cuba de Fidel Castro, la familia de Barreras estuvo decidida a dejar la isla. Por aquel tiempo, a finales de la década de los 70’ del siglo pasado, un altercado diplomático entre Perú y el régimen comunista, hizo que el presidente de la isla dejara desprotegida la embajada inca, situación que casi lleva al padre de Barreras a introducirse en la sede diplomática para asilarse.
Sin embargo, como obtenía ingresos extras haciendo trabajos para la embajada venezolana, conoce al embajador del país para aquel momento, César Rondón Lovera, quien lo aconsejó no asilarse en la embajada peruana y le prometió llevarlo a Panamá como ayudante diplomático. Finalmente, su destino no fue la nación centroamericana, sino Venezuela, donde pasó cierto tiempo en un hogar cubano de Caracas, que brindaba asistencia a los asilados mientras conseguían trabajo.
Por la ayuda de Yolanda de León Simanca, llegó a tierras larenses junto a su papá, mamá y su abuela paterna, y fue de León, quien le consiguió una conserjería a la mamá y lo introdujo a él en los estudios. Todos, actualmente, viven en el municipio Palavecino, en su capital Cabudare.
Choque cultural, y periodista por accidente
Después de asentarse en el país, ingresó a cursar bachillerato en el liceo Federico Carmona, donde se graduó como bachiller en Ciencias. “Recuerdo que el primer día de clases llegué muy temprano al liceo y estaba asustado porque no me sabía el himno”, tomando en cuenta que en Cuba esto es de suma importancia. “Además, llegué como a las 7 de la mañana, pero no fue hasta las 9 que empezaron a llegar algunos de los profesores y me indicaron que revisara el horario”, indicó Barreras al recordar su primer día como alumno. “Fue un choque tremendo”.
Estando en el liceo conoció a sus primeras amistades, las cuales estaban ligadas a la disciplina del fútbol, deporte que conoció y le apasionó, a tal punto “que descuidé un poco mis estudios siendo un alumno de muy buenas calificaciones”. Una vez graduado como bachiller, su primera opción de estudio era la Medicina, la segunda era Biología Marina, debido a la experiencia cercana al mar que había tenido en su país natal. Pero esta carrera se estudiaba en la Universidad de Oriente, “y yo no podía estudiar allá”.
Por último, dentro de sus preferencias, estaba la Psicología, “pero las universidades que la daban eran privadas y no tenía el recurso”. Posteriormente, le indicaron que recién se estaban dando procesos de admisión en la Universidad Cecilia Acosta, “me gustó la Filosofía pero era exclusivo para seminaristas; sólo quedaban Artes Plásticas y Comunicación Social, y por eso decidí estudiar periodismo”, por lo cual bromea sobre quienes piensan que los periodistas nacen. “Entonces yo no seré porque fue mi última opción (risas)”.
Como profesional graduado, trabajó en la Fundación del Niño cuando Mariano Navarro era gobernador. Además trabajó en NCTV, fue corresponsal de RCTV en Mérida, donde se casó y nacieron sus dos primeros hijos, y ha sido docente de varios centros universitarios de la ciudad. Actualmente, está casado y es padre por tercera vez.
