Una vez más la solidaridad de los larenses con las buenas causas quedó demostrada este domingo con la participación en la ya tradicional verbena a beneficio del Hogar de Niños Impedidos (Honim) que se realizó en el Hogar Canario Larense.
Se trata de una actividad en la que se involucra un considerable número de hombres y mujeres con la finalidad de recabar recursos para cubrir algunos de los gastos de la institución donde se brinda atención a niños y jóvenes con discapacidades que les obliga a depender de personas de buen corazón para subsistir.
Las instalaciones del centro social permitieron la colocación de los espacios donde los voluntarios expendieron comidas y bebidas, muchas de ellas donadas por establecimientos comerciales de la ciudad que siempre han colaborado con la obra, y otras elaboradas por familias identificadas también con la obra benéfica dirigida por los sacerdotes de la orden Don Orione, extendida a varios países.
Igualmente hubo las tradicionales rifas y la música que tampoco podía faltar, todo producto de donaciones de personas de buen corazón.
El Hogar de Niños Impedidos, en el sector El Suspire, así como el Pequeño Cottolengo Don Orione, son dos instituciones cuyo sostenimiento requiere de cuantiosas inversiones para la adquisición de alimentos, medicinas, vestimenta, artículos de limpieza y otros elementos, y en vista de la exigua colaboración por parte de los entes gubernamentales, se hace necesario recurrir a la solidaridad ciudadana y a eventos como verbenas y cenas en las que, afortunadamente, la participación familiar es positiva.
Igualmente se hace necesario mantener un personal al que también deben cancelárseles salarios por la labor que en cada área realizan, no sólo por lo que devengan económicamente sino también por el amor con que lo hacen.
A pesar de los aportes recibidos por parte de fundaciones benéficas del exterior, los recursos de que se dispone para el sostenimiento del Hogar de Niños Impedidos y el Pequeño Cottolengo Don Orione, sobre todo con los constantes incrementos en los precios de los artículos de la dieta básica, resultan insuficientes.
De allí la necesidad por parte de los padres orionistas y sus colaboradores de mantener actividades para llamar la atención de la ciudadanía sobre la importancia del funcionamiento de centros como esos donde la mayoría de los huéspedes son de pocos o nulos recursos económicos por parte de sus familiares como para pagar por la atención que allí se les brinda.
Este domingo, durante la verbena, el optimismo era evidente ante la participación de la colectividad que asistió, como lo hace cada año, dispuesta a colaborar y reiterar su compromiso de ayuda.
Al caer la tarde, aunque era prematuro hacer un balance sobre lo recaudado, entre los voluntarios había optimismo sobre el logro de la meta trazada.
Pero también lo había sobre la posibilidad de que aquellos que asistían por primera vez al evento se llevarían a sus hogares la disposición de continuar colaborando para que el Honim pueda subsistir a pesar de las dificultades económicas actuales y de esa manera los niños allí recluidos puedan continuar recibiendo la atención amorosa que en muchos de sus hogares no pueden darles por diversas circunstancias.