Dedicado a Doña Mañita, una especie en vías de extinción;
…Cualquier parecido con el surrealismo es mero(a) coincidencia…
“María Mañitas me convido, a comer Chucho con el arroz…
…como no quise su mazacote, María Mañitas se molestó”
Cancionero Infantil
“No juzguéis a nadie, para que nadie os juzgue a vosotros. Porque así como
Juzguéis se juzgará, y con la medida que midáis a otros, se os medirá”
Mateo 7:1-2
I. Mañitas
María Mañita tenía de santurrona lo que el presidente de sesudo, y como desde niña tenía cabello rizado y seco además de ser baja, presumida y feíta, la infanta salió ponzoñosa y malacara. No rindió la falta para desenvolver la aspereza y el semblante, lo que consintió tornarse en poco más o menos que bestial y pueril; verla era apreciar un clon de doña Sofía.
No fue por propia culpa; terminantes, la genética y la calaña dominante, jugaron su rol camorrista. Pasó cosecha el tiempo que no perdona. Vegetó en un barrio nada modesto, llegó a recorrer lugares exóticos y su sino floreció de la mano con su obstinación. Y dice el dicho que la empavada surgían, con su feroz nulidad y la ruindad distributiva. Valorada a medio vello marchó al latifundio pitiyanqui para recibir su Maestría del Sur en Carolina del Norte. De poco valió. El peregrinaje venía adentro, y se manifestó impulsiva cual resentida musul-women, en vez de acalorada musul-man.
II. Desmañada
El pelo nada que mudó de aire. La acritud sí para más rebelde. La rebelión la llevó a la revolución y la insurrección a su unánime amargura. La premeditación, como siempre, la hizo tomar providencias mal ajustadas, fundamentalmente por envidia, que regularmente la estremecía bastante más que el afán procedente de superación. De esa manera se graduó de insurgente(a) de la causa socialista, o mejor dicho del disparate. En el fondo la ambigüedad sería, a decir lo menos, una causa bipolar. Por un extremo el encono contra el desarrollismo salvaje (como dijo en aporrea y playa Tirano) aunque vino de cuna más o menos pudiente y por el otro, la premura de transgredir la ilegalidad que con notoriedad se encaramaba en el panorama insular donde se instituyó luego de un sumario de frustraciones inquebrantables.
III. Amañada
Carecer de sensibilidad era suficiente para que la inteligencia se desvaneciera, esa la primogénita de sus trastornos. La segunda, el mal humor y la tercia, Aristotélica por demás, no sabría reírse de sí misma. Esa “Trinidad non Sancta”, selló su tormento. La desgracia la trajo en un solo amañe, en un ermitaño capullo sin floración. María Mañita resignada por la cólera y los celos, halló pasatiempo en la mágica sedición del llamado proyecto socialista.
Como templada enfermera de la hipocresía, los culpables siempre fueron los demás: la cuarta, los yanquis, la burguesía apátrida, los especuladores, los sucios de Fedecamaras, los ricos, los fascistas, el desarrollismo salvaje, los contaminantes, Obama Care, la ONU, la CIDH, los colombinos, el narcotráfico, los paracos, la oposición, Capriles, Posada Carriles, Walt Disney, Hollywood, la perra humanidad si iba en contra de su In-Maduro especular.
IV. Malamañosa
El gobierno afianza su éxodo. María a doble espía danza cubriéndose de naturalista, tirando los dados sin pensar; perspectiva de malamañosos, enviciados e intrigantes. Su orbe se deprime a segmentos. Las piezas no son eternas. Lo mañosa son deseos pendientes de su crepuscular repliegue… ¡No tengo papel toilette, pero ustedes tampoco, vayan a lavarse ese paltó!.. En conclusión: la acción usada es el umbral activo de su equivalente catástrofe. ¿Les silba similar, la camarada?…algún parecido con el autoritarismo, es mera providencia.