Por la puerta del sol – El precio del pacto

Hay caminos que llevan a muchas partes, los hay que no llevan a ninguna parte, también hay los que llevan a la gloria o al infierno.
La mayoría de las veces las leyendas se inspiran en hechos reales, lugares y personas. Un buen libro es producto del escritor que sabe invitar a leer y llevarnos a vivir con él cualquier tipo de aventuras, enriquecidas por su magnífica imaginación.
El “Fausto” fantástico libro escrito por J. W. Goethe, narra la historia de un mago aficionado a la alquimia, que tenía poderes sobrenaturales debido al pacto que había hecho con el diablo, cuyo precio pagaría con su alma al morir. Aquel acuerdo quedó firmado con su sangre. La mayoría de los libros coinciden en que la muerte del mago fue horrible.
Toda leyenda está ligada a un elemento preciso, habitualmente se agrupa alrededor de un personaje. Fausto es una de las novelas más leídas de la literatura universal.
Esta historia es una alegoría de la vida del hombre en todas sus manifestaciones y etapas. La leyenda en su inicio es esencialmente prodigiosa y pérfida de acuerdo a las tendencias religiosas de aquel tiempo en que se creía con fe ciega en brujas, diablos, fantasmas y mensajes de los muertos desde el más allá. (Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).
A medida que uno se mete en el libro ve cómo en el transcurrir del tiempo la leyenda va dando sus giros, se va reformando. La obra da importancia suma a las aventuras, experiencias, felicidad y placeres que Fausto experimenta con la ayuda de Mefistófeles (el diablo); luego entra en acción Margarita la mujer pudorosa que el hombre virtuoso amaba y respetaba; en esta etapa se da vía libre a la seducción, la locura, la lubricidad, la vergüenza y el arrepentimiento.
En el transcurso del desarrollo se nota lo que es la lucha eterna que libra el hombre entre el bien y el mal, la concupiscencia  y  el recato, lo posible, lo imposible y la aspiración eterna de  una perfecta felicidad, un supremo ideal.
En todo el contenido se destaca lo sublime y magnífico de este escritor cuya obra realizó en dos periodos de su vida: el tiempo joven ilusorio y el de la madurez crepuscular.
En un principio relata la apuesta que hace el diablo a Dios de que logrará sacar al virtuoso Fausto del camino del bien. Duda Dios de que lo logre, pero resulta que no le es difícil convencer al mago para que saque a Dios de su mente y corazón, saque de su camino el bien, anule su conciencia, encarcele los principios, la verdad y la moral, para poder disfrutar su vida sin inhibiciones, normas ni prohibiciones. Después del pacto el mago recibe la fortuna que le hereda su tío al morir. Disfruta aquella herencia en compañía de aquel compinche maligno con quien conoció el infierno, recorrió el mundo  de las sombras, las tentaciones, la lujuria y los excesos. Por mucho tiempo llevó una vida de orgías y de placeres, asombrando a todos con sus diabólicos prodigios y escándalos; sin embargo nada de esto logró hacerlo feliz como lo ansiaba. Dilapidó su vida, su espíritu, su conciencia, su salud  y también su gran fortuna. El precio que tuvo que pagar fue muy alto. El comprador del alma es implacable y paciente para cobrar y devorar a quien pacte con él.
En este libro en especial, la imaginación de Goethe supera la audacia de la impiedad a la que se puede llegar por conseguir las más grandes superabundancias, las supremas pleitesías y arrodillamientos, para caer luego en la desesperación de perder la paz y no poderse librar de los reclamos de la conciencia.
Goethe logró pintar sin rasgos falsos, ni débiles matices la realidad de las pasiones, el sensualismo, la vulgaridad, sacrificios, miedos, luchas y ambiciones del ser humano, sus ridículas victorias, sus oscuros amores.
La tentación de conseguir poder y riqueza pactando con el mal, ha llevado a políticos y ricos personajes  a pagar con su salud, su tranquilidad, su alma y hasta con su vida el precio de sus ambiciones y desvíos.
Cuando Fausto reaccionó el daño estaba hecho, la promesa debía cumplir, el tiempo ya no tenía vuelta atrás, el diablo esperaba su alma para llevársela al infierno.
Cada uno es libre de pactar con el diablo o con la conciencia, con el amor o con el odio, con la paz o con la violencia, con la verdad o con la mentira.
También los pactos escriben la historia. “Mi conciencia jamás podrá pactar con la tiranía; prefiero pactar con la democracia que no me impide pensar, ser libre y vivir en paz”

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